Resulta interesante que partiendo de escenarios demoscópicos de mayoría absoluta para el PP (algo que más tarde se traduciría en jerga de campaña como “mayoría suficiente para gobernar” y que motivó la convocatoria de elecciones), las casas de encuestas fueron moderando su euforia hasta que en el último momento apelaban a los factores de la campaña, la participación y el viento tramontano como justificación de la mutación “ganar sobrado” a un posible ganar “pelado”. Pero en este mundo de justificaciones vendo que para ti no tengo, volverán a atacar al CIS por las estimaciones de voto (nunca pronósticos) que daban (con el margen de error muestral) empate técnico entre el PP y el PSOE. Así, se estimaba un 30,1% para el PSOE con un resultado (99% escrutado) de 30,06% y el 29,7% para el PP y un resultado escrutado del 31,4%. Una diferencia de 16.000 votos. Otro ejemplo son las estimaciones de UP de 7,2% y resultado del 5,09% también dentro del margen de error muestral. Durante todo este tiempo, afirmando una realidad en contradicción con el futuro halagüeño que prometieron al PP varias empresas demoscópicas (y le han llevado al desastre). En una regla de tres, cuanto mayor fue el fracaso de sus expectativas, más acosarán al CIS. Pero no es que sean así, en realidad son buena gente, es solo que se juegan dinero e influencia.