Como en casi todo lo relativo a la Comunidad madrileña, una vez más hay que remontarse al mandato de Aguirre, aquella presidenta que lo fue por el Tamayazo cuando había operaciones urbanísticas de gran calado en juego. Como baza electoral en 2007 inauguró hasta dos veces un hospital, el del Henares. Una costumbre que ha heredado Ayuso, quien manejaba en su día una cuenta de twitter cuyo titular era Pecas, el perrito de Aguirre. Ahí tenemos el Zendal, cuyo presupuesto se fue disparatando a pesar de no contar con esos quirófanos por los que preguntó un tal Pablo Casado. Al Zendal hubo que llevar personal desde otros hospitales atestados de pacientes, aun cuando sus estadísticas de ingresos no se corresponden con tamaña inversión. Ese dispendio sólo ha servido para que hagan un pingüe negocio algunos promotores inmobiliarios con dinero publico. La cercanía con el aeropuerto de Barajas y la singular estructura del edificio hacen augurar que pudiera tener otro destino a medio plazo. Colinda por cierto con esa Ciudad de la Justicia que ahora se reactiva con miras a las próximas elecciones autonómicas.