Los insaciables códigos del querer y el embrujo de lo inaccesible (desde Schopenhauer)
“Cuando echamos un vistazo a nuestro interior, siempre nos encontramos queriendo algo” (Schopenhauer)
- Publicado en OPINIÓN
Profesor de Investigación IFS-CSIC (GI TcP). Historiador de las ideas morales y políticas. Proyectos BIFISO (PIE-CSIC-CIV19-027), ON-TRUST CM (H2019-HUM5699), PAIDESOC (FFI2017-82535) y PRECARiTYLAB (PID2019-105803GB-I0), Instituto de Filosofía (IFS-CSIC).
“Cuando echamos un vistazo a nuestro interior, siempre nos encontramos queriendo algo” (Schopenhauer)
El aprendiz de brujo es un poema de Goethe, que inspiró a Paul Dukas una composición musical homónima popularizada por Walt Disney en su película Fantasía. La balada goethiana se refiere a una fábula moral del escritor griego Luciano de Samosata titulada el Philopseudés: “el amigo de la mentira”. Nada expresa mejor el talante que Donald Trump deja como su pernicioso testamento político.
En estos tiempos de mayor confinamiento domestico, vuelve a recuperar la radio un protagonismo que, a decir verdad, nunca ha perdido por completo. Pero ahora se ha convertido en la continua compañía de quienes están solos y en general de cuantos pasamos muchas horas del día recluidos en casa, esperando una tregua más estable de la pandemia que nos asola.
“Quien quiera hacer política como profesión ha de asumir ciertas paradojas éticas y responsabilizarse de lo que puede llegar a ser bajo esa presión, al verse obligado a pactar con los poderes diabólicos que acechan al poder” (Max Weber)
Dinos que has visto y sabremos cómo eres
En su tratado sobre La Amistad Aristóteles atribuye a Sócrates una sentencia que nos es familiar: “dime con quien andas y te diré quien eres”. La fórmula nos puede valer igualmente para otro aspecto de nuestra vida. Lo que vemos en la televisión dice mucho sobre nosotros y mucho más aún lo que hayamos visto durante nuestros primeros años, cuando está cincelándose nuestra futura identidad.
No hace tanto nos hubiera parecido algo imposible homologarnos con el ramillete de países donde la eutanasia no supone un delito. Quienes ahora se rasgan las vestiduras por ello, pueden que devengan en poco tiempo sus más ardorosos defensores e incluso beneficiarlos, como sucedió por ejemplo con el divorcio, sin que haga falta recordar nombres cuyos hechos demostraron esa mudanza.
Que al ser humano le dignifica el trabajo es una tesis recogida nada menos que por la Biblia en sus primeros versículos y que, desde otra óptica, suscribe Karl Marx. Como decía Voltaire, un trabajo puede subvenir nuestras necesidades, alejarnos del vicio y matar el aburrimiento, aun cuando él mismo prefirió hacerse rico vendiendo relojes a sus acaudaladas amistades y dedicarse a escribir con comodidad unas obras que no le rendían tantos beneficios económicos.
La historia se repite. La tragedia deviene farsa. El populismo ultranacionalista de Trump tiene precedentes. Resulta instructivo repasar sin ir más lejos lo sucedido hace un siglo en Europa. Elijamos por ejemplo el fatídico destino de la República de Weimar. Una suerte que habría de cambiar durante varias generaciones la faz del mundo y los equilibrios geoestratégicos, convocando alianzas y actores políticos insospechados.