Menos es más. Un antídoto contra la drogodependencia del consumismo compulsivo
Los artífices de la película “Bienvenido, Mister Marshal” nos muestran cuán difícil resulta ceñirse a una sola petición. ¿Qué le puede pedir a los americanos cada vecino de Villar del Río? Identificados con una especie de Reyes Magos para todas las edades, a “los americanos” cabe pedirles cualquier cosa que se necesite, pero sólo una. Confrontados con esa imaginaria cornucopia, cada cual descubre que a decir verdad tampoco sabe discriminar su deseo preponderante. Cuando apuntan algo en la lista, vuelven sobre sus pasos para cambiarlo. No saben jerarquizar sus demandas y mucho menos reducirlas a la mínima expresión. La víspera del recibimiento sueñan con sus anhelos. A uno le traen el tractor que le facilitará la siembra de sus campos. El alcalde protagoniza una peli del oeste. La maestra parece inclinarse por satisfacer su erotismo, aunque nunca se rodó esa escena programada en el guión suscrito por Bardem, Berlanga y Mihura.
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