Un ejercicio sobre Las Meninas
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
El cuadro de Las Meninas en el Museo del Prado constituye una de las obras pictóricas más destacadas de la Historia del Arte, de las más grandes en tamaño, y más complejas que pintara Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660). Antonio Palomino fue el encargado en su libro El Museo Pictórico del año 1724 de inaugurar la fama para la posteridad de este cuadro.
Al parecer, el lienzo se pintó hacia 1654 en el Cuarto del Príncipe del Alcázar de Madrid, que es, a su vez el escenario de la pintura en sí. En el cuadro aparecen la infanta Margarita de Austria, atendida por doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco, las meninas de la reina, que eran las personas que desde niñas entraban a servir en la Casa Real. Velázquez aparece pintando a la izquierda, y también se encuentran los enanos Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato con un mastín. Algo más atrás estaría doña Marcela de Ulloa, dama de honor con un guardadamas. En una puerta al fondo, entre los peldaños de una escalera se encuentra el aposentador José Nieto. Por fin, el espejo del fondo permite vislumbrar a los reyes Felipe IV y Mariana de Austria.
Desde el punto de vista técnico el cuadro es una obra maestra gracias a la perspectiva aérea con varios puntos de luz. Es la representación de la vida más que la plasmación del parecido.
El significado de la obra, en cambio, ha suscitado todo tipo de teorías, aunque al final, el cuadro nos permite ver a un grupo de personas reales, sus servidores y el pintor Velázquez: ¿pintaba a los reyes cuando entró la infanta con su pequeña corte?, ¿estaba el pintor trabajando y todo se interrumpía ante la llegada de los monarcas?
Y la interpretación del cuadro ha despertado todo tipo de teorías. En un principio estaríamos ante la más clásica “del momento captado”, es decir, la exaltación del realismo. Cuando se conoció el contenido de la biblioteca de Velázquez, y se supo de su amplia cultura en simbología, se quiso aplicar al cuadro buscando símbolos, alegorías y significados ocultos. Por fin, habría hasta interpretaciones que pondrían más el acento en el propio espectador y su papel en el interior del cuadro. También habría significados políticos, ya que aparecen personajes regios, sin olvidar otras referencias históricas del momento de la dinastía de los Austrias o del propio Velázquez con su cruz de Santiago y su elevación a caballero, un anhelo personal tan intenso. Por fin, este cuadro parece una invitación a la reflexión sobre la importancia de ver, sobre el placer que nos ofrece la pintura.
La influencia de este cuadro ha sido considerable, siendo el primero Luca Giordano, y uno de los principales Francisco de Goya, para luego llegar a Singer Sargent, y más tarde entrar en el siglo XX con Picasso, Dalí, Cristóbal Toral, Antonio Saura, el Equipo Crónica y Manolo Valdés, sin pretender ser exhaustivos.
En todo caso, no dejen de visitar el Museo del Prado, y volver, una vez más a contemplar la obra maestra, y sea usted el creador de su propia teoría sobre el cuadro.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.
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