El primer proyecto de amnistía en la crisis del Antiguo Régimen
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
En la crisis final del Antiguo Régimen durante la denominada “Década Ominosa” del reinado de Fernando VII, liquidada la experiencia del Trienio Liberal encontramos una primera idea, aunque fallida, de amnistía como un intento de, dentro de un proyecto más grande, con el fin de superar la misma. Este artículo ofrece algunas claves.
Después de la inmediata vorágine represora que acompañó a la destrucción del Trienio Liberal, desde los gobiernos de Fernando VII se puso en marcha una suerte de reformismo ante la constatación de que la vuelta estricta al Antiguo Régimen no era viable, generando una fuerte resistencia de los sectores más ultra o reaccionarios que contemplaban que cualquier atisbo de reforma, por muy tímida que fuera, y aunque se quedara en el más puro ámbito administrativo era una concesión a los liberales. Pero, éstos tampoco valoraron estos cambios porque consideraban que eran muy tímidos y estaban muy lejos de lo planteado en las Cortes de Cádiz y en el Trienio Liberal.
Pues bien, en ese contexto de “reformismo” absolutista, nos acercamos a una propuesta que protagonizó Javier de Burgos, un personaje que ya hemos estudiado en otro momento, y que se caracterizó por una fe casi infinita en las posibilidades de la Administración para cambiar las cosas, aunque de forma muy moderada, como si fuera una especie de precursor de la tecnocracia.
Javier de Burgos transitó entre el despotismo ilustrado, el afrancesamiento y un cierto liberalismo muy conservador al final, destacando, como hemos apuntado, por su fe en el reformismo administrativo más que por la acción política en sí. A Javier de Burgos le motivaba el hecho de que una buena gestión administrativa podía ayudar a la prosperidad de España, eso sí, insistimos, siempre dentro de regímenes políticos muy moderados.
Pues bien, en enero de 1826, y desde París donde esta destinado para una misión, precisamente de la Administración, dirigió una exposición al rey Fernando VII donde esbozaba lo que podemos considerar una especie de plan para intentar superar la crisis española Incluía una propuesta económica que giraba sobre la necesidad de solicitar un préstamo exterior para poder afrontar los gastos más urgentes, pero también pensaba, como no podía ser de otra manera, en una reforma administrativa importante con el fin de crear un Ministerio del Interior como eje para la acción de la Administración y fomentar, de esa manera la prosperidad.
La tercera parte del plan, y que es la que más nos interesa, lógicamente, en este artículo, pasaba por la concesión de una amnistía para los exiliados liberales. Una Administración no podía conseguir sus objetivos sino se realizaba un esfuerzo para superar los conflictos políticos. La amnistía podía ser un medio para atraer a los liberales y poder emprender un camino de cambios, aunque fueran muy conservadores.
Pero no se tuvo en cuenta este plan. La Monarquía absoluta no estaba por la labor de atraerse a los liberales a través de una amnistía. Eso pasaría cuando las necesidades de una Corona acosada por el carlismo, con una Reina Gobernadora al cargo de una niña reina Isabel II, necesitase todos los apoyos necesarios para sobrevivir.
Sobre estas cuestiones podemos consultar las dos referencias que apuntamos. Acerca de Javier de Burgos este autor tiene un artículo, titulado “Javier de Burgos o el reformismo administrativo en la crisis del Antiguo Régimen”, en Andalán (julio de 2016). Sobre la amnistía y la época es muy ilustrativa la consulta del artículo de Prudencio Vivero Mogo, “La transición al liberalismo: de las reformas administrativas a las reformas políticas (1823-1833), en Ayer, 44. (2001), págs. 175 y ss.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.