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El capitán Richard F. Burton. Entre los ismaelíes. III


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Las batallas subsiguientes demostraron que el joven agha khan Mahallati (del que escribimos en el artículo anterior), no era, ni por asomo, un genio en el campo de batalla, aun cuando hubiese comenzado a recibir ya, abundantes armas de la Compañía de las Indias Orientales. A pesar de lo cual fue derrotado en varias batallas. Uno de los generales del sha de Persia, pudo informar a Teherán, que habían capturado “buen número de cañones de fabricación británica”. De nuevo la ciudad de Kerman, se libró de las manos del agha khan. En medio de la locura sembrada por la guerra, en plena derrota de su líder, los peregrinos “khojas” (de los que ya hemos escrito) volvieron a encontrar con vida a su imam, agha khan, y le ofrecieron, una vez más, su “zakat, en aras de su propio beneficio material y espiritual.

Tras el desmoronamiento de la campaña, llevada acabo por el imam, se sucedieron las deserciones en masa. Uno de sus propios hermanos, Sardar Abul Hassan (u Hosayn) Khan, que habría de convertirse en profesor de persa de Richard F. Burton, ya en Ghara, se encontraba entre los que le abandonaron. Afganistán, ya en manos de los ingleses, fue el refugio del agha khan, a donde llegó el 20 de diciembre de 1842 a Qandahar, donde detentaba ya el mando, el famoso mayor Henry Rawlinson, a quien se ofreció para ocupar el cargo de gobernador en Qandahar y, de paso, ¿por qué no aprovechar la ocasión, para apoderarse de Herat y, entregárselo al sha Shuja, otro aliado de Inglaterra? Pero días más tarde, en Kabul y otras poblaciones, los afganos se levantaron en armas, contra las guarniciones británicas, dando lugar a los trágicos acontecimientos, a raíz de los cuales, se alistaría Burton para ir a la India.

El Sind había de convertirse, en el siguiente refugio de agha khan. Una vez allí, se encontró ante una espinosa elección ¿Debería ponerse de parte de los amirs del Sind que, al fin y al cabo, eran sus aliados, por ser orientales y musulmanes, o al lado de los ingleses? Cambiando de chaqueta una vez más, el príncipe imam, decidió adherirse a la causa de los sindhis, obedeciendo sus “deberes de buen musulmán”. El mir Nasir Khan, que de ningún modo necesitaba a ese chaquetero, estaba también decidido a impedir cualquier derramamiento de sangre, que estuviera en su mano. Sin embargo, la inquietud había llegado a lo más alto: “Los representantes de los clanes, reunidos en asamblea, sumamente irritados, decidieron caer sobre las tropas del mayor sir James Outram”, escribió Richard F. Burton del incidente. El agha khan, para quien ninguna oportunidad resultaba penosa de aprovechar, acudió en respaldo de Outram. En una reunión celebrada en Hyderabad, desveló todo lo que sabía de los de los planes de los sindhis, con lo cual salvó al mayor, de un ataque nocturno. Hasta aquí, la versión de los acontecimientos, que facilita el propio agha khan. Burton proporcionará otra muy distinta: “El mir Nasir Khan, al percibir que había perdido el poder, sobre sus enfurecidos súbditos, envió varias misivas al mayor Outram, para prevenirle del peligro que corría, encareciéndole a que se retirara de los alrededores de Hayderabat, con la máxima celeridad”. Outram en efecto, se retiró de la zona, pero tres días después se produjo, la celebrada victoria de Miani, que habría de tener idéntica secuela, en la batalla de Dubba, con la que terminó la resistencia de los sindhis.

A cambió de sus servicios, ya fueran ciertos o imaginarios, el general Napier otorgó al agha khan, un estipendio anual de 2.000 libras esterlinas, honrándole, además, con el título de “Alteza”. En el Indo, el agha khan hizo un alto, para aguardar a los peregrinos khoja, que habrían de hacerle entrega del tributo anual (coincidiendo con el Año Nuevo del calendario iraní, el 21 de marzo). Allí, una banda de beluchistaníes, se apoderó de dicho tesoro y, mató a un gran número de ismaelíes. Pocos meses después de esta pérdida, el príncipe imam y su séquito, en el que figuraban ya mujeres y niños, junto a los restos del ejército, se desplazaron al Sind y se instalaron en el desierto, situado al este de Karachi, cerca de Ghara, donde, ya sabemos, iba a destinarse al 18º Regimiento de Infantería Nativa, con objeto de acuartelarse, en un refugio alejado de las hostilidades.

Pues eso.

Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.