El partido socialista monárquico obrero de Alfonso XIII
- Escrito por Antonio Manuel Moral Roncal
- Publicado en Historalia
El origen de esta formación política se sitúa en Barcelona, donde en enero de 1916 se aprobaron los estatutos de Acción Protectora del Obrero (APO), éste último definido como “socialista, monárquico y español”. Una Ciudad Condal definida por el auge de la burguesía y el obrerismo, además del conflicto social que, con el paso de los años, degeneraría en violencia marcada por el pistolerismo.
La presidencia fue ocupada por José Ferrando Albors y la secretaría por Juan Canals y, a partir de 1919, por Fernando Aspas, siendo veinte sus primeros socios. A los pocos meses, su presidente comenzaría a recabar apoyos oficiales, comenzando sus visitas anuales al capitán general de la región, demostrando que su formación política no pretendía enfrentarse sino colaborar con el régimen constitucional. El periódico La Vanguardia publicaría noticias sobre el Partido Socialista Monárquico Obrero Alfonso XIII desde su constitución en 1922 -como evolución de la APO- hasta su desaparición al final del reinado. Se anunció la participación del partido en el reparto de dinero a familias obreras necesitadas, en la recaudación de fondos para los hospitales y soldados del ejército que peleaba en África, en la organización de actos divulgativos, etc.
El rey recibió a sus representantes en numerosas ocasiones, tanto en sus visitas a Barcelona como a sus delegaciones en Madrid. Precisamente, en una de estas audiencias en 1925, sus representantes expresaron sus ideas al señalar que eran “obreros que hemos militado en diferentes colectividades obreras. Hoy nada más deseamos para nuestra querida España que paz, amor y trabajo”, por ello no ansiaban “más lucha ni queremos más víctimas entre los de nuestra clase. Queremos por medio del amor al prójimo combatir el odio, la maldad y la envidia”. De esta manera se integraban en un socialismo patriótico, monárquico, dialogante con los empresarios y constructivo por lo que solicitaban perdón y olvido a quienes, entre ellos, habían sido apresados y encarcelados, pues no eran sino engañados por hábiles manipuladores.
Ese mismo año se calculaba que, el PSMAXIII reunía, en todo el país, de 7.000 a 9.000 simpatizantes y su organización directiva en Cataluña agrupaba a diez vocales correspondientes a los distritos barceloneses, más los delegados de Sabadell, Vich e Igualada, contando con la asesoría permanente de un abogado. Organizaban mítines y conferencias para divulgar sus ideales, pero, curiosamente, no recibieron un apoyo especialmente importante por parte del gobierno de Miguel Primo de Rivera, que siempre prefirió intentar lograr el apoyo del PSOE. No obstante, el partido llegó a contar, entre otros, con el apoyo de Eduardo Casanova, antiguo diputado de Izquierda Liberal, del músico Ramón Oliver Reig, del periodista taurino Demófilo Gañán, del antiguo anarquista Luis Bulfi Quintana, editor de “Salud y Fuerza” y de las obras feministas “¡Huelga de vientres! (1906), “La mujer esclava” (1907) y “La mujer pública” (1908). Bulfi, considerado un precursor de la ecología humana, justificó su reconocimiento de la Corona al considerar que sólo el rey podía mantener la paz civil, necesaria para la paz social, en un país como España, convulsionado desde 1909.
La actividad del Partido Socialista Monárquico aumentó considerablemente tras la dimisión del dictador en 1930, eligiéndose nueva directiva y organizando una actividad febril de conferencias, bailes, asambleas, telegramas de adhesión, celebraciones y negociaciones de convergencia con otras formaciones políticas. Fue el año de la lenta transición hacia un régimen representativo que intentó el gobierno del general Dámaso Berenguer.
Precisamente, el PSMAXIII se unió en diferentes actos propagandísticos con las Juventudes Liberales romanonistas y, a finales de año, con las más de treinta agrupaciones que formaron Acción Monárquica, coalición de fuerzas que se preparaba para las próximas elecciones. De nuevo recibieron el apoyo de las autoridades, al presidir el gobernador civil y un representante de la inspección educativa la inauguración del curso escolar en la sede del partido, al que asistieron más de cien niños, hijos de los socios. El capitán general de Cataluña asistió a la inauguración de la nueva sede de la agrupación, que fue amenizada por la banda de música del regimiento de infantería Badajoz. Alfonso XIII recibió en audiencia a sus delegados y asistió con su familia a la gala que le organizó el partido en el Teatro Nuevo de Barcelona.
En vísperas de las elecciones del 12 de abril de 1931 las noticias sobre la actividad de este singular partido disminuyeron, desconociéndose cómo se desarrolló su final hasta el momento.
Antonio Manuel Moral Roncal
Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Alcalá. Doctor en Historia Moderna y Contemporánea por la UAM.