Pablo Iglesias contra los liberales en enero de 1910. (2ª parte)
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
Pablo Iglesias dedicó mucha atención a criticar a los liberales con el Gobierno de Segismundo Moret en su artículo de “Vida Política” de la revista Vida Socialista, que comenzó a salir en enero de 1910. En un anterior artículo hablamos de su primer aporte. Dos números después volvió a cargar contra los liberales, siendo fiel a su idea de la necesidad de que republicanos y socialistas presionasen.
Contundente comenzaba su artículo: “Los liberales de nuestro país ni se arrepienten ni se enmiendan”. Cuando no estaban en el poder hablaban mucho de liberalismo y democracia, pero en el Gobierno se olvidaban de ambos conceptos, actuando como los conservadores.
El Partido Liberal estaba en el poder por la presión que llevó al final de Maura. Pero, en vez de tener en cuenta esta circunstancia y proceder de modo distinto a como lo hicieron sus predecesores parecía que los tenían como modelo.
Iglesias se quejaba, como en el anterior artículo, de la calma o parsimonia a la hora de reparar los males causados por la represión maurista por los sucesos de la Semana Trágica en julio de 1909. Tampoco se estaban dando prisa por reabrir las escuelas laicas, y hacían oídos sordos a las reclamaciones para la reapertura de los Centros Obreros. Otro asunto que importaba era el mantenimiento de los ataques a la libertad de expresión. La Ley de Jurisdicciones funcionaba con más fuerza, también en su opinión.
Para los liberales, siguiendo con nuestro protagonista, no sólo era inviolable el rey sino también de los jefes de las oligarquías. Se preguntaba, en conclusión, cómo iban a sentir los españoles que hubiera diferencias, “no ya esenciales, sino de alguna importancia” entre liberales y conservadores.
Una política liberal sincera hubiera sido la reapertura de las escuelas laicas, de los Centros Obreros, y no aplicar la Ley de Jurisdicciones y derogarla en cuanto se abrieran las nuevas Cortes. Pero, además una política liberal sería respetar la libertad del sufragio, y no poner obstáculos a cuantas críticas se hicieran a organismos civiles, militares, elevados personajes, políticos, y que se pudieran ejercer las libertades por parte de los ciudadanos.
Como no lo habían hecho, y presumía que no lo harían había que trabajar por ello, con alusión implícita al trabajo de republicanos y socialistas, en plena Conjunción Republicano-Socialista.
Hemos consultado el número 3 de Vida Socialista, consultada en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España. También nos remitimos al artículo anterior de El Obrero.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.