Barnave y la Revolución Francesa
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
Antoine Joseph Barnave (1761-1793), abogado de Grenoble, fue uno de los protagonistas en el conflicto entre el parlamento y el gobierno de la ciudad, publicando un artículo en defensa de los parlamentarios.
Fue elegido diputado por el Tercer Estado para los Estados Generales de 1789. Se destacó como orador y por su defensa de la libertad, lo que le granjeó una cierta popularidad. En la Asamblea Nacional se decantó hacia la izquierda, siendo uno de los fundadores del club de los jacobinos. Fue elegido presidente de la Asamblea en octubre de 1790. Por otra parte, Barnave fue uno de los enviados para que escoltasen a la familia real en su viaje de regreso de Varennes a París. En este momento, nuestro protagonista estaba virando hacia posturas más conservadores, acercándose a los monárquicos constitucionales; apoyó la Constitución de 1791 y mantuvo una estrecha relación con la reina. La suerte de Barnave estaba echada en la época del Terror. Fue arrestado en agosto de 1792 y guillotinado en noviembre de 1793.
En la cárcel escribió Una introducción a la Revolución Francesa, aunque no fue publicada hasta el año 1843. En esta obra se desarrolla su tesis sobre la revolución, la primera que intenta ver el fenómeno desde una perspectiva global, política, económica y social. Barnave encuadra la Revolución Francesa en un contexto internacional y temporal. Para el autor no habría una Revolución Francesa propiamente dicha, sino una revolución europea con Francia como cumbre o parte más visible en el proceso de superación del Antiguo Régimen. El estallido de la Revolución tendría, en principio, causas políticas asociadas a la debilidad de la monarquía absoluta y su apoyo en los grupos privilegiados en perjuicio de la burguesía. En estrecha relación con esto, el autor defiende realmente como fundamentales las causas socioeconómicas en la explicación de la Revolución. Francia estaba en crisis económica y financiera, pero, sobre todo, constató el creciente poder económico de la burguesía, gracias a la difusión del comercio y de la industria, y su evidente aspiración a hacerse con el poder político. Enfrente estaba la nobleza terrateniente, cuyo poder derivaba de la propiedad de la tierra. Para que se realizase el cambio económico se hacía necesaria la Revolución que derribaría los obstáculos jurídicos e institucionales del progreso. El sistema político tenía que adaptarse a la nueva realidad económica y social, representada por el ascenso de la burguesía. Por eso, Barnave fue un representante de la monarquía constitucional, del liberalismo político y económico, frente al giro radical de la Revolución. Es evidente que esta tesis sobre las causas de la Revolución Francesa tendría una clara influencia en la historiografía posterior.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.