La sexualidad de los vikingos. VII
- Escrito por Emilio Alonso Sarmiento
- Publicado en Historalia
En los temas de infidelidad sexual, también existían equivalentes divinos. En el curioso y bastante gracioso poema éddico “Los sarcasmos de Loki”, este travieso dios, interrumpe al resto de divinidades en un banquete, celebrado en Asgard y, procede a insultarlos a todos por turnos, profiriendo vívidas acusaciones, de toda una serie de indecencias sexuales. Pronto que claro, que no solo todas sus afirmaciones son ciertas, sino que, además, a nadie le importan demasiado.
Cuando acusa a las diosas de infidelidad, el dios Njörd le da una réplica interesante: “No importa que las damas tengan un hombre, o un chico aparte, o los dos”. Claramente, aunque todas las diosas están casadas, actúan siguiendo sus deseos. Según la narración, Frigg se ha acostado con los hermanos de Odín y, también con un esclavo, para vengarse de una falta de respeto de su marido; Idun se ha llevado a la cama, al asesino de su hermano; Gefjon ha “puesto su muslo” sobre un joven cuyo nombre no sabemos (y, por lo tanto, lo ha montado); Loki se ha acostado, con las esposas de Týr, Thor y, de hecho, con la del propio Njörd; y Freyja ha yacido con todos los dioses presentes, incluido su propio hermano.
Dejando el incesto a un lado, es posible que esto sea un reflejo “de facto”, de la práctica del concubinato, una licencia aceptada del deseo femenino, desprovista de una estructura formal, comparable a aquella. La legitimidad de los sentimientos sexuales de las mujeres, se menciona varias veces en las fuentes y, lo mismo ocurre en el caso de los seres sobrenaturales femeninos, como las valkirias, que lloran por sus amantes humanos fallecidos. Así, la guerrera protagonista del “Poema de Gudrún”, un poema éddico, se lamenta de que añora a su hombre: “En el banco y en la cama, mi amado me falta”.
Muchas de las sagas también subrayan la atracción mutua, como la base adecuada para una relación sexual y, aluden de manera constante, a la capacidad de elección de las mujeres libres (a diferencia de lo que sucedía con las esclavas). Los encuentros se inician, al acercar a una persona, para que se siente cerca o sobre el regazo y, luego se pasa a los besos. En las sagas, esta práctica aparece recogida, como una actividad consensual. El sexo se describe como un abrazo apasionado, “fadmr” y “fadmlag”, literalmente, “rodear a un compañero con los brazos”. Las parejas “corren” la una hacia la otra en la cama.
Esta supuesta libertad sexual, de las mujeres escandinavas, asoma también en los textos extranjeros, como la crónica de una delegación diplomática, del emirato musulmán de la península ibérica, a la corte vikinga, de lo que se cree era el sur de Dinamarca, que se conserva en una fuente del siglo XIII. A mediados del siglo IX, el embajador Yahya ibn Hakam al Jayyani, conocido como como Al Gazal (la Gacela) por su belleza, pasó algún tiempo con reyes escandinavos y, fue uno de los favoritos de la reina vikinga llamada Nud en árabe, que algunos estudiosos interpretan, como el nombre nórdico Aud. Según el texto, las atenciones que le dedica esta mujer, de tan alta cuna, ponen nervioso a Al Gazal. Nud, al comprender qué le sucede, dice: “No existen tabúes sexuales en nuestra religión, ni tampoco sentimos celos. Nuestras mujeres están con nuestros hombres, por voluntad propia. Una mujer permanece junto a su marido, tanto como le place y, lo abandona cuando ya no quiere estar con él. Es difícil saber hasta qué punto, podemos fiarnos de este testimonio, pero al menos, debemos conferirle tanta fiabilidad, como a las sagas. Otras fuentes árabes, no solo mencionan, lo que consideran la promiscuidad de las mujeres escandinavas, sino también, en varias ocasiones, que estas tienen derecho a iniciar los trámites de divorcio. Se trata de una afirmación bastante exacta, que se repite en diversos textos independientes y, que no podemos descartar por considerarla meros prejuicios, sobre las, supuestamente, casquivanas mujeres extranjeras. También se compadece bien con las fuentes nórdicas, incluidas las leyes.
Pues eso.
(Continuará)
Emilio Alonso Sarmiento
Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.