Paul Faure en el aniversario de la Comuna, sobre las revoluciones y los comunistas (1923)
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Historalia
Paul Faure (1878-1960) fue un destacado socialista de la SFIO, procedente del Partido Obrero de Guesde. En 1920 fue elegido secretario de la SFIO y con Léon Blum se pusieron a reconstruir el partido porque la mayoría formaría el Partido Comunista, después del intenso Congreso de Tours. Faure llegó a ser un socialista con una intensa animadversión hacia los comunistas, como podremos ver en este artículo sobre una conferencia que dio en Bélgica a propósito del aniversario de la Comuna. Faure fue ministro en el Gobierno del Frente Popular, aunque terminaría alejándose de Blum. En 1940 cesó como secretario general de la SFIO.
Pues bien, en marzo de 1923 nuestro protagonista viajó a Lieja para estar en un mitin en la Casa del Pueblo de dicha localidad belga, presidido por León Troclet, diputado y presidente de la Federación Socialista de Lieja para conmemorar el aniversario de la Comuna.
Faure hizo una síntesis histórica, pero lo que aquí más nos interesa fueron sus apreciaciones sobre la historia de las revoluciones y su aplicación al caso comunista, es decir, sus opiniones en clave de actualidad de aquel momento.
El socialista francés consideraba que no se podía llevar y encender la revolución a otro país. Si Lenin hubiera lanzado a los ejércitos rojos sobre Europa se habría asistido a la destrucción de la civilización y la democracia. La revolución, por lo tanto, no podía ser un “artículo de exportación”.
Así aprovechó para repasar las revoluciones y hechos acontecidos al terminar la Gran Guerra en distintos lugares europeos donde se había intentado instaurar nuevos sistemas sociales en medios insuficientemente preparados, generando una feroz reacción, como en Múnich y en Hungría.
Y en ese momento se refirió a los comunistas de Moscú y Berlín. En ese sentido, expuso que los comunistas rusos se habían visto obligados a cambiar “el fusil de espalda”. Además, se habían visto impelidos a tratar con los capitalistas extranjeros, reconociendo la necesidad de la defensa nacional. La propia Clara Zetkin habría pronunciado un discurso en el Reichstag para defender la cultura alemana y protestar contra la opresión que padecía Alemania. Eso, en opinión de Faure, estaba bien, pero entonces pedía que no se reprochase a los socialistas cuando defendían su país contra las invasiones. Los comunistas que antes no querían nada de la Sociedad de Naciones ahora se dirigían a la misma de forma amistosa, y hasta con menos reservas que los socialistas. Así Chicherin iba a ir a Ginebra (Gueorgui Chicherin fue el ministro de asuntos exteriores ruso entre 1918 y 1930).
Hemos trabajado con el número 4417 de El Socialista del día 6 de abril de 1923.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.