¿Es posible separar la vida de Pablo Picasso a la de su obra?
- Escrito por Concha Mayordomo
- Publicado en Cultura
En este 2023 se están sucediendo múltiples exposiciones y homenajes a Pablo Picasso con ocasión del cincuenta aniversario de su muerte, pero a propósito de esta fecha surge la pregunta ¿es posible separar la vida de un artista a la de su obra?
Precisamente sobre la oportunidad de juzgar las obras en relación a las vivencias de su autor, en el caso del malagueño la respuesta es obvia, él mismo comentó en diferentes momentos y ámbitos que su pintura fue un fiel reflejo de su existencia, que la una se nutría de la otra. Si bien es cierto que el pintor abrió la vía definitiva del arte contemporáneo de occidente, las aportaciones de su vida a las obras que produjo fueron fundamentales, especialmente por su relación con las mujeres.
En su larga producción sus experiencias y emociones están presentes, desde el niño que asistía a una corrida de toros de la mano de su padre, en su autorrepresentación como la figura del minotauro de la colección Vollard o en la sensibilidad mostrada con la mujer que llora implorante en `El Guernica´, debido a la Guerra Civil que se estaba librando en aquellos momentos en su país, son sólo unos ejemplos. Estas obras citadas, entre otras muchas, ofrecen una biografía visual indiscutible.
El pasado 6 de junio, en la isla de Manhattan, falleció a los ciento un años de edad la artista Françoise Gilot (1921-2023). Una mujer que durante diez años fue la compañera de Pablo Picasso y madre de dos de sus hijos Claude Picasso (1947) y Paloma Picasso (1949). Once años después de su separación Françoise dejó constancia de sus memorias en el libro escrito en primera persona `Vida con Picasso´, una publicación que vendió más de un millón de copias en docenas de lenguas, a pesar de las fracasadas acciones legales de Picasso para tratar de detener su publicación.
Mujer de una gran formación, Françoise Gilot estudió filosofía y literatura inglesa en la Universidad de Cambridge y el Instituto de la Universidad de Londres en París. Conoció a Picasso cuando contaba 21 años y él 61. En aquella época Gilot se estaba labrando un nombre en la escuela de arte y ya vendía su obra, mientras que él era considerado como un gran maestro internacional que mantenía una relación consolidada con Dora Maar.
A Françoise le cabe el honor de haber sido una de las pocas mujeres que pudieron escapar de una relación tóxica, fue capaz de abandonar a Picasso y obtener reconocimiento a sus obras como artista. Tras su separación, el andaluz trató de cerrarle todas las puertas de las galerías, por lo que tuvo que trasladarse a Estados Unidos para salvarse de su órbita. Gracias a ello pudo seguir exponiendo y vendiendo su obra; actualmente ésta forma parte de las colecciones de los grandes museos de arte contemporáneo.
No hay que olvidar que entre las mujeres que compartieron su vida había modelos, pintoras, escritoras, fotógrafas y bailarinas, un amplio abanico de mujeres jóvenes, bellas y de reconocido prestigio, que a duras penas salieron indemnes de su relación con el pintor.
Picasso se casó dos veces, la primera de ellas fue con la bailarina de los Ballets Rusos Olga Khokhlova (1891-1955). Se conocieron en el año 1917, que corresponde a la época más lúcida artísticamente, según la crítica, donde la protagonista de sus cuadros fue Olga. Indiscutiblemente, la posición aristocrática de la joven le facilitó vender sus cuadros e introducirse en la alta sociedad parisina. Olga fue la madre de su primer hijo Paulo Ruiz Picasso (1921-1975).
El matrimonio se rompió cuando, Olga supo que Pablo esperaba un hijo de su amante, Picasso solicitó la separación argumentando el carácter difícil y escenas violentas con las que Olga le hacía la vida imposible, aunque nunca llegó a tramitar el divorcio principalmente debido a motivos económicos. Tras una larga enfermedad y graves problemas psiquiátricos Olga falleció en Cannes, el rencor de Pablo le impidió presentarse al funeral.
Jacqueline Roque (1927-1986) fue la segunda esposa, una mujer totalmente abnegada, que se dedicó a los cuidados y las exigencias del pintor durante casi dos décadas y lo hizo hasta los últimos días de la vida de Picasso. Fue una mujer celosa de la intimidad de su esposo, sumisa y casi esclava de su voluntad que hizo de su vida el cumplimiento de los últimos deseos del artista. Pocos días antes de que `El Guernica´ pudiera verse en Madrid, Roque llamó por teléfono al director del Museo del Prado para asegurarle que unos días después cogería un vuelo para estar presente en la inauguración. Tres horas después se metió en la cama, se tapó con la sábana y se pegó un tiro.
Sabido es que la necesidad de relación de Picasso con la juventud fue casi patológica. La joven deportista Marie-Thérèse Walter (1909-1977) apareció en su vida cuando ella contaba 17 años. En aquellos momentos el artista estaba casado con Olga Khokhlova, con quien tenía un hijo de cinco años. Iniciaron una relación que se mantuvo en secreto y la joven se convirtió en la modelo de sus obsesiones eróticas. En la Suite Vollard, donde el pintor aparece como violador y devorador de mujeres, refleja la turbulenta relación que mantuvo con Marie-Thérèse.
La tragedia formó parte de la vida de Walter, cuatro años después de la muerte del malagueño, decidió suicidarse ahorcándose en el garaje de su casa. Cabe destacar que Marie-Thérèse Walter fue la madre de María de la Concepción "Maya" Widmaier-Picasso (1935-2022), la hija favorita del pintor. Gracias a su compromiso personal ocupó la mayor parte de su vida en salvaguardar y proteger el amplio legado de su padre.
También adquieren especial relevancia en la producción del artista otras mujeres que fueron plasmadas en diferentes obras y que recogen su estrecha relación con cada una de ellas. Sería imposible citar a todas las que denominó como “musas”, un término que tras los amplios estudios sobre su obra es totalmente injusto, porque anula, cosifica y desmerece sus identidades. Por todo ello conviene incidir en las figuras de la modelo Fernande Olivier, atormentada por los celos de Picasso, la fotógrafa surrealista Dora Maar y la polifacética Geneviève Laporte.
"Nido" - © Esperanza Durán
Concha Mayordomo
Artista multidisciplinar, comisaria independiente, gestora cultural y directora de cursos de arte.
Premio ARTE Y CULTURA 2019 en la XII edición de los premios PARTICIPANDO CREAMOS ESPACIO DE IGUALDAD.
Colabora con el Blog MUJERES de EL PAÍS, Huffington Post y en TRIBUNA FEMINISTA.
Sitio web: www.conchamayordomo.com
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