¿Para quiénes hacemos política?
La mayor parte de los análisis que se publican a propósito de la actualidad política están centrados en el qué, en el cómo y en las alianzas de unos y otros.
- Publicado en Opinión
Diputado en las Cortes Generales por Madrid. Secretario general del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados.
La mayor parte de los análisis que se publican a propósito de la actualidad política están centrados en el qué, en el cómo y en las alianzas de unos y otros.
El sistema de pensiones es uno de los pilares de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho, clave de bóveda del Estado de Bienestar, y fundamento de la convivencia democrática.
El componente emocional siempre ha formado parte de la política en general y de las campañas electorales muy en particular. De hecho, algunos consideramos que se trata de un factor imprescindible. La política organiza la convivencia a partir de principios y de modelos de sociedad diversos, que cada día entran en conversación y en contraste. ¿Cómo no ha de haber emoción en la política?
Las empresas privadas tienen como propósito principal obtener beneficios. Es lo que esperan sus propietarios e inversores. Y lograrlo es obligación de sus directivos.
Le pasó a Feijóo y puede pasarle a cualquiera.
Cuando algunos dirigentes políticos levantan la mirada del papel que llevan escrito, corren el riesgo de decir lo que piensan.
Feijóo no fue elegido líder de la derecha española por sus bases o electores en un proceso congresual al uso de los partidos democráticos. El aún hoy presidente del PP fue cooptado por los auténticos poderes fácticos de la derecha política y mediática, tras defenestrar a Pablo Casado.
Resulta difícil seguir la estrategia de oposición y alternativa que mantiene el PP de Feijóo, por sus idas y venidas, por la falta de credibilidad en críticas y propuestas y, sobre todo, por la incoherencia que muestra las más de las veces en su discurso.
Durante siglos han tratado de adueñarse del nombre de nuestra nación, y de cada uno de sus símbolos, precisamente aquellos que más han hecho y hacen para frenar, obstaculizar y reventar cada esfuerzo por hacer de España un país mejor para sus gentes.
El gobierno del PP impuso en el año 2015 la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, que de inmediato pasó a ser conocida como “ley mordaza”, por el recorte de derechos y libertades civiles que implicó para la ciudadanía desde su entrada en vigor.
La célebre frase de James Carville sirvió a los demócratas de Clinton para centrar su campaña de las presidenciales estadounidenses de 1992 en lo realmente decisivo. Y puede servirnos también de referencia a los progresistas españoles para afrontar los desafíos de este 2023. Porque ahí está el reto fundamental, en la desigualdad.
La mayor parte de catalanes, vascos y españoles en general están hoy más atentos a la marcha la inflación, la calidad de la atención sanitaria y el futuro de sus empleos, que a la amenaza independentista. Y tal hecho ya es buena prueba del éxito del Gobierno de Pedro Sánchez a este respecto.
La alternancia en el poder político es el fundamento principal de las democracias. Donde no hay alternancia, no hay democracia.
Lo intentaron, lo intentan y lo intentarán. Pero no nos van a parar.
A lo largo de la historia contemporánea de España, la derecha ha demostrado muchas veces no asumir límites en su afán por recuperar el poder que el pueblo español le negaba con su voto.
La situación en torno al Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional es de una gravedad extraordinaria. Se trata de instituciones fundamentales para el funcionamiento de la democracia que asegura los derechos y las libertades de todos los españoles.
El estruendo de mentiras, exageraciones y agresiones verbales que caracterizan la vida política de estos días no es fruto de la casualidad, ni responde a calentamientos puntuales o imprevistos.
Durante los últimos días la sociedad española contempla con estupor y preocupación la escalada de la violencia verbal en la vida política, multiplicándose los episodios de insultos y amenazas graves.
Uno de los compromisos más relevantes adquiridos por Pedro Sánchez en su investidura como Presidente del Gobierno fue el de recuperar la convivencia entre catalanes, así como el entendimiento entre Cataluña y el resto de España.
Es pura matemática. Si se perdonan impuestos a las rentas altas, se cuenta con menos recursos para atender como es debido la sanidad de todos.
Desde luego, Feijóo no toma las decisiones importantes en el seno de su partido.
Vivimos un momento socialdemócrata en la política europea.
Igual que hubo momento neoliberal con Thatcher y compañía a finales del siglo XX, y hubo momento “austeridad” en la respuesta a la crisis financiera de 2008, hoy contamos con un escenario equiparable a aquel gran consenso keynesiano que alumbró la Europa de los derechos y el bienestar en la segunda posguerra mundial.
La derecha no quiere que las pensiones se eleven conforme al coste de la vida, un 8,5% en 2023, como propone el Gobierno.
Uno de los descalificativos más chocantes que suele utilizar la derecha contra las iniciativas del Gobierno es el de “ideológico”. Al parecer, para los derechistas nada hay peor que una ley, una medida o un nombramiento que pueda tacharse como “ideológico”.