Carpe diem o el horizonte de las cosas
- Escrito por Mercedes Peces Ayuso
- Publicado en Cultura
«El siete por ciento del país se está suicidando con el alcohol. Otro tres por ciento, quizá, con la droga. Otro sesenta, simplemente haciéndose polvo a base de aburrimiento. Otro veinte ha vendido su alma al diablo. Luego hay un pequeño porcentaje de los que quieren vivir. Eso es lo único que cuenta»
Carpe diem, 1956, Saul Bellow
Judío canadiense de origen ruso, este escritor, Premio Nobel de Literatura en 1976, Saul Bellow ha dejado grandes obras para la posteridad. Con Carpe diem, una breve novelita condensada en un día de la vida del personaje, abre la eterna herida del ser humano diseccionando el comportamiento de su protagonista, precisamente incapaz de vivir y disfrutar el día a día por su situación vital. Nada del otro mundo, por otra parte: maltratado por su jefe y despedido de la empresa, agobiado por las exigencias de su ya exmujer e hijos y ninguneado por su padre, con el que comparte cercanía física en el mismo hotel aunque estén completa y anímicamente en galaxias separadas, y una pretendida carrera de actor en Hollywood abocada al fracaso, este cuarentón tiene una vida de mierda. Todo ello relatado desde una agradecida ironía que nos hace soportables el espejo ante el que nos pone el autor. Porque Tommy Wilhelm es cada uno de nosotros con nuestras luchas y pesares, nuestra incertidumbre por un futuro nada seguro ni prometedor, y la descripción despiadada de la crisis de la mediana edad, la de un hombre que siente que tiene que revisar su vida y curar su dolorido espíritu, pero que no lo hace desde dentro de sí mismo, tan perdido está, sino mediante la ayuda de un personaje que se autodenomina psicólogo (otro trepa más), que le impele a vivir el día y que todo lo centra en el dinero como exponente del éxito.
La caída libre del protagonista está servida. Ha puesto su existencia en manos ajenas, y no precisamente de una persona centrada, sino en la de un timador que le apremia a jugarse todo a una carta, verbigracia, sus últimos 700 dólares en la bolsa. Pues ya te imaginas cómo acaba. Es curioso como un hombre que lucha por despegarse de las ataduras económicas, emocionales, profesionales y existenciales cae en la peor: la del dinero. No es posible curar la herida ahondando en ella con un cuchillo, a ver si ya lo entendemos de una vez. Creer que el éxito económico te devolverá tu lugar en este mundo es la mejor manera que tiene un perdedor de acelerar su bajada a los infiernos, incapaz de ver que no debería ser precipitada por ningún aspecto exterior. Porque la vida se aprende a gestionar enfrentando y resolviendo. Es así como crecemos.
Al final, es la muerte ajena y desconocida la que abre la espita al mar de lágrimas que inunda a Tommy, la que le hace ver la inmensa vacuidad y soledad de su vida. Se deja llevar por la marea de una multitud que acompaña a un féretro a la capilla, y es en ese preciso momento de extrañamiento cuando se abre la consciencia de su propio vacío. Pero este final sigue siendo fruto del distanciamiento vital, de una circunstancia fortuita, de un acontecimiento externo aparentemente desvinculado a él, por eso, aunque se caiga el velo, la catarsis no viene de dentro, de la reflexión para el cambio, sino del hecho incuestionable del final de la vida y, ante ello, solo caben lágrimas sin consuelo ni remisión.
Mercedes Peces Ayuso
Licenciada en Filología Hispánica (1984-89) y en Filología Alemana (2001-04) por la universidad de Salamanca, con diplomaturas en italiano y portugués. Vivió 10 años en Alemania, donde dio clases en la VHS (universidad popular) de Gütersloh, Renania del Norte-Westfalia, desde 1993 a 2000.
Posteriormente, ya en España, decide dedicarse a la traducción y corrección de libros y textos de diversa índole, labor que sigue ocupando a día de hoy.
Es miembro de la AEPE (Asociación Europea de Profesores de Español), de ASETRAD (Asociación Española de Traductores e Intérpretes) y otras entidades relacionadas con la traducción.
Asimismo, colabora como traductora honoraria para diversas ONG.