Sin ley y respeto a los tribunales no hay democracia
- Escrito por Miquel Iceta Llorens
- Publicado en Opinión
Las leyes ni pueden ni deben regular sentimientos. Y el proyecto independentista encarna sobre todo un sentimiento. Y ya que la legalidad no entiende de sentimientos, la política puede y debe hacerse cargo de ellos. Reconociendo su existencia, respetando su expresión y tratando de encauzarlos de forma que fortalezcan la cohesión social, que no la debiliten.
La democracia se basa, precisamente, en el cumplimiento de la ley.
Por todo ello, está en la obligación de los políticos, los que representamos a la ciudadanía y hemos de velar por proponer y construir un futuro en común mejor para todos, trabajar para resolver problemas fortaleciendo la cohesión social, haciendo propuestas, debatiendo, contrastando, buscando puntos de acuerdo y crear escenarios capaces de aglutinar a la mayor parte posible de ciudadanos y ciudadanas. Preservando la unidad civil, respetando los derechos de todos. De las mayorías y de las minorías.
Y todo esto lo hemos de hacer con arreglo a la ley. Con arreglo a las normas, con respeto a nuestros reglamentos, a nuestras leyes, sin olvidar, naturalmente, que las propias leyes incorporan mecanismos democráticos para su reforma. La democracia se basa, precisamente, en el cumplimiento de la ley. Por encima de opiniones y sentimientos. No se hace política imponiendo las ideas y sentimientos por encima de las normas. Si se hace así, estamos ante un acto arbitrario e injusto, un atropello parlamentario.
Y eso es lo que hemos vivido en el Parlament de Catalunya estos dos días de pleno, cuando la mayoría independentista que da apoyo al Govern, ha impuesto sus deseos por encima de la ley, desoyendo a los servicios jurídicos del Parlament, al Consell de Garanties Estatutàries, y pisoteando los derechos de los diputados y grupos de la oposición. Lo ha hecho con la ley del referéndum (hoy ya suspendida por el Tribunal Constitucional) y con la ley de transitoriedad jurídica (que pronto seguirá el mismo camino. Contra el atropello de nuestros derechos, los diputados de la oposición hemos reclamado el respeto a la ley recordando que democracia es tanto el respeto a la voluntad de la mayoría como respeto a los derechos de la minoría. Por ello el grupo socialista ha pedido ya amparo al Tribunal Constitucional.
Para derivas unilaterales, ilegales y de enfrentamiento entre dos mitades del país, con nosotros que no cuenten!
Como dije en mi intervención sobre la ley de transitoriedad, citando al Dr Xavier Arbós, en el artículo "Transitoriedad problemática" publicado en El Periódico de Cataluña el 13 de septiembre de 2016: "Si por mayoría absoluta se cambian unas reglas que sólo se podrían modificar por una mayoría de dos tercios, la crisis política puede ser mayúscula. La oposición se quejaría por un cambio irregular, a medida de una mayoría parlamentaria que no tiene un apoyo proporcional equivalente entre los votantes. Y si no hay consenso sobre las reglas de juego, difícilmente aceptarán los resultados. Si se busca dar una imagen de pulcritud democrática que el mundo admire, me parece que no vamos por buen camino ".
Y yo continuaba: Quizás a ustedes todo esto no les importa. Pero nosotros, y muchos catalanes y catalanas, sí. ¿Saben por qué se incluyó la previsión contenida en nuestro Estatuto de Autonomía según la cual los grandes cambios institucionales y el régimen electoral deben contar al menos con el apoyo de dos tercios de la Cámara? Precisamente para evitar una posible y perniciosa dinámica política de mitades enfrentadas. Por desgracia, la mayoría independentista parece querer imponer esa dinámica. Y este es el sentido del mal llamado referéndum que quieren perpetrar.
Por contra, se trata de que podamos hablar de propuestas realistas y dentro de la legalidad para superar este problema y salir del callejón sin salida en el que la mayoría parlamentaria independentista nos ha metido a todos. Para ello, los socialistas proponemos un camino de diálogo, negociación y pacto, que consiga para Cataluña más autonomía, y mejor financiación, y que, a través de la correspondiente reforma constitucional, logremos que España se convierta en un verdadero Estado federal, capaz de reconocer con naturalidad su carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüe. Para derivas unilaterales, ilegales y de enfrentamiento entre dos mitades del país, con nosotros que no cuenten!
Miquel Iceta Llorens
Primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya.