Presidente o capataz
- Escrito por Oscar Iglesias
- Publicado en Opinión
Un espejismo, según la acepción segunda del diccionario de la lengua española es una “ilusión, un concepto o imagen sin verdadera realidad”. Con la segunda votación en el Congreso rechazando la investidura de Feijóo como presidente del gobierno se desvanecen algunos espejismos que tras las elecciones del 23J ha alimentado el presidente del PP y las terminales mediáticas conservadoras.
El primer espejismo que finaliza, como el verano estacional el 23 de septiembre, es el verano azul del PP. Feijóo tras la victoria en las elecciones municipales y autonómicas, se presentó a las elecciones generales convencido, no de su victoria, que lo estaba, sino de que iba a gobernar por mayoría absoluta con Vox.
Tal era el ambiente de poder, que tras creerse los resultados que daban las fakeencuestas, en los mentideros de Madrid, se repartían y conseguían ministerios, secretarias de estado y presidencias de empresas públicas entre plato y plato, y con un frenesí que ni los corsarios en las viejas novelas de piratas.
Pero el sueño de una noche de verano acabó la noche del 23 de julio. Es cierto que no al principio de esta, porque la maquinaria de manipulación y desinformación estaba bien engrasada, y tras cerrar los colegios electorales, sin ningún pudor, las encuestas de las televisiones daban gobierno por mayoría absoluta al PP y Vox. Pero sí según fue avanzando la noche y las urnas se fueron abriendo y en los colegios electorales se fueron contando los votos. Votos que dieron al PP ganador de las elecciones. Pero votos, que no le daban la posibilidad de gobernar.
El segundo espejismo que se desvanece es la estrategia planteada por el PP y los medios de comunicación afines, donde por tierra, mar y aire han presionado a las instituciones, a los partidos y a la sociedad española en su conjunto con la idea de que al ser ganador de las elecciones tiene que gobernar.
Tenían que haber leído a Baltasar Gracián:
“No comenzar con demasiada expectación. Es un chasco frecuente ver que todo lo que recibe muchos elogios antes de que ocurra no llegará después a la altura esperada. Lo real nunca puede alcanzar a lo imaginario, porque imaginarse las perfecciones es fácil, pero es muy difícil conseguirlas. La imaginación se casa con el deseo y siempre concibe mucho más de lo que las cosas son.”
Pero no leyeron a Baltasar Gracián, y en esta huida desesperada hacia adelante pidieron un mes antes de la celebración del debate de investidura de Feijóo para tensionar la sociedad española e incluso legitimar la “compra de diputados” para conseguir la investidura. También han fracasado, porque nuestro sistema es un sistema parlamentario donde gobierna el que tiene más votos en el Parlamento.
El tercer espejismo que en estos momentos se va desvaneciendo, aunque ponen mucho empeño en que permanezca, es el de un líder con un partido unido detrás de él.
Si curiosos resultan los titulares de prensa tras la primera intervención de Feijóo en su investidura, exaltando su figura de estadista, haría bien Feijóo y su equipo más próximo en ser conscientes que tras finalizar la votación de su no investidura en el Parlamento se dió el pistoletazo de salida a lo que será el Congreso de Valencia de Rajoy, pero en este caso con él. No será con prisas, pero tampoco con pausas.
En este ambiente de desmoronamiento de los espejismos del PP y sus medios afines, sería bueno que el PP reconociera el resultado de las elecciones generales y no siguiera incrementando la polarización y la crispación en la sociedad española.
Además, tras asumirlo, haría bien Feijóo y su equipo más próximo en preparar una estrategia a corto, medio y largo plazo que le sitúe de nuevo en la posición de partido de Estado, fuera del rincón del extremismo de sus pactos con Vox.
Esto le va a suponer mucho conflicto interno con los más radicales y mucho conflicto mediático con los medios que le quieren marcar el paso. Pero será bueno para España contar con un PP que pueda llegar a pactos de Estado como demandan los ciudadanos. Y también será bueno para él, porque podrá llegar a ser algún día presidente del gobierno.
Feijóo tiene que decidir si quiere seguir siendo presidente del PP o capataz del PP. Si elije lo primero será muy duro. Pero tiene que hacer cambios ya en el PP con personas centradas y de su confianza. Si elige lo segundo, ya sabe que no podrá hablar de escándalos internos o corruptelas, porque le echarán de un día para otro. Pero le echarán igual cuando el calendario electoral les convenga a quienes sean los jefes en la sombra y en el sol.
Esa es la decisión que tiene que tomar Feijóo este fin de semana de finales de septiembre y principios de octubre: Presidente o capataz.
Por si tiene dudas, y tras ver las intervenciones de Cuca Gamarra como portavoz con Casado y con él, que lea Las Cartas a Lucilio o Epístolas Morales a Lucilio, 124 cartas escritas por Séneca durante los tres últimos años de su vida tras haber trabajado para el emperador Nerón durante más de diez años. Se podría leer todas, pero hay una que le destaco ahora.
“Elección de los amigos El verdadero calificativo de amigo lo merece aquel a quien, después de haberle juzgado digno de tal nombre, le confiamos los secretos como a nosotros mismos. Se han de evitar los extremos de confiarse a cualquiera o de no hacerlo a nadie. Análogamente hay que evitar tanto la excesiva actividad como la quietud permanente.”
Veremos.