Una historia en yidis
- Escrito por Mercedes Peces Ayuso
- Publicado en Cultura
«La desesperación dominaba la ciudad. Y ni siquiera se pecaba ya. El mismo
espíritu maligno parecía haberse adormecido y cada hombre seguía su solitaria
vereda. El viajero ocasional que se encontraba en Goray caminaba
desconsoladamente por las calles durante un rato, y luego, con el saco vacío
y una maldición en los labios, abandonaba la población»
Satán en Goray,1933, Isaac Bashevis Singer
Nadie mejor que él podría haber escrito esta maravillosa novela: toda su familia, de judíos rabinos y escritores, sabía contar historias. Historias de una Europa Central antisemita y polarizada, donde hablar yidis podía suponer un serio peligro para la salud. Profundamente culto, Bashevis Singer obtuvo el Nobel de literatura, pero su vida fue un continuo trasvase de emociones, tradicionalidad y miedo, que lo llevaría a exiliarse y naturalizarse en EE.UU. ante la amenaza nazi. A pesar de todo, y de hablar perfectamente inglés, siempre escribió en la lengua en la que hablaba su corazón, ese judeoalemán característico de sus raíces, porque para él era «el idioma de una humanidad asustada y esperanzada».
Año 1656: Goray, un pequeño lugar en el voivodato de Lublin, actual Polonia, devastado por el atamán ucraniano Chmielnicki. Pasado un tiempo de horror y desconcierto, sus habitantes regresan buscando recuperar la normalidad y la fe, cuando aparece Sabbatei Zevi, el rabino autoproclamado mesías, justo el año en el que los cabalistas habían vaticinado el fin de los tiempos. Dotado de un gran carisma solo a la altura de su propio yoísmo, fue capaz de levantar oleadas de apasionados seguidores entre los judíos de la diáspora, desde Ámsterdam a Marraquech, pasando por Alepo y Polonia, los mismos a los que dejaría a merced de su suerte cuando, en 1666 (año de los tres 6 bíblicos), una década después de irrumpir en Goray, es apresado por los otomanos en el momento en el que, totalmente desaforado, desembarcaba en Constantinopla para quitarle el trono a Mehmet IV. Los turcos le dieron a elegir entre convertirse al Islam o la muerte. Adivinen qué escogió. Apostatar, vulgo, vivir. Y de paso, dejar desamparados y perdidos a sus seguidores. Bashevis Singer centra esta desolación y pérdida de fe en Goray retratando magistralmente la búsqueda humana de la redención y el batacazo ineludible ante la realidad, de la tradición mesiánica encarnada en un hombre que, como tal, está abocado a su incumplimiento. Y luego está el contrapunto de la novela, pues cuando la iluminada es una mujer, resulta que está poseída por Satán, y el tercer eje: la larga marcha de ciegos incondicionales que han perdido toda capacidad de discernimiento y raciocinio y que le siguen como ovejas al matadero. El centro narrativo es el magnetismo megalomaníaco de un loco arrollador que mueve y convence a las masas. Es curioso cómo este tipo de gurús tiene miles de homólogos que se repiten a lo largo del espacio y del tiempo, desbaratando alegremente vidas y futuros…y van ya tres siglos de activismo histérico. Cuando hay guerra, aparecen los mesías, cuando hay dolor, se siembra la semilla de la salvación y se va dando en pildoritas de efecto placebo, aun sabiendo que no existe que, si acaso, hay que buscarla dentro.
Mercedes Peces Ayuso
Licenciada en Filología Hispánica (1984-89) y en Filología Alemana (2001-04) por la universidad de Salamanca, con diplomaturas en italiano y portugués. Vivió 10 años en Alemania, donde dio clases en la VHS (universidad popular) de Gütersloh, Renania del Norte-Westfalia, desde 1993 a 2000.
Posteriormente, ya en España, decide dedicarse a la traducción y corrección de libros y textos de diversa índole, labor que sigue ocupando a día de hoy.
Es miembro de la AEPE (Asociación Europea de Profesores de Español), de ASETRAD (Asociación Española de Traductores e Intérpretes) y otras entidades relacionadas con la traducción.
Asimismo, colabora como traductora honoraria para diversas ONG.