‘La Ficha 15. Postales contra el olvido’
- Escrito por Manuel Espin
- Publicado en Cultura
‘LA FICHA 15. POSTALES CONTRA EL OLVIDO’.
Antoni J. Escanellas.
Dolmen Books. 128 páginas con ilustraciones.
Palma de Mallorca, 2022.
A nada que se escarba en el pasado español aparecen hechos y situaciones, ajenas a los grandes discursos históricos, que aportan componente humano. La inmensa tragedia de la guerra civil también merece ser contada desde la perspectiva de los españoles de a pie que la vivieron - mejor dicho: la sufrieron- con personajes que no tuvieron relevancia pública pero cuya circunstancia es digna de ser anotada. Recobrar ese mosaico de recuerdos por la generación de los hijos, nietos o bisnietos permite conocer prismas novedosos.
El 19 de julio de 1936, Rogelio Fernández Agulló, de 51 años, es detenido y encarcelado en Palma de Mallorca, a pocas horas de estallar el golpe de estado contra la República. Su mujer y su hijo pequeño se asustan al recibir la visita de dos guardias civiles que se interesan por el paradero de Rogelio y de su hermano. Él no es más que un zapatero con talento que ha logrado convertirse en encargado de la fábrica de zapatos ‘Minerva’ en el barrio de Santa Catalina de Palma de Mallorca. Desde 1929 es representante gremial de los trabajadores en la factoría. Sus ideas son republicanas, pero nunca ha tenido protagonismo político, aunque defienda los derechos sindicales. Al llegar a casa y enterarse de que la guardia civil les está buscando los dos hermanos se presentan voluntariamente en el cuartelillo donde van a ser detenidos y trasladados al puerto de la capital balear y encerrados en la bodega de un barco de la Transmediterránea construido en 1911, el ‘Jaime I’ hasta entonces en la línea Palma-Barcelona que sirve de cárcel flotante en duras condiciones de supervivencia. Sórdidas naves atestadas de detenidos sin servicios higiénicos y cuyas carencias sanitarias son extremas. Las condiciones de vida se agravan cuando aviones al servicio de la República vuelan sobre el puerto de la ciudad y la guerra se percibe en toda su crudeza, pese a que Mallorca pronto va a ser conquistada por los sublevados.
La mayor parte de los detenidos desconocen porque se les ha privado de la libertad y permanecen en un campo de concentración o una cárcel. Sin poder contactar con el cabeza de familia los parientes se trasladan al campo para huir de las bombas, recibiendo el peor trato de parte de los propietarios que los consideran ‘rojos’ o simpatizantes de los republicanos.
Mientras los detenidos son trasladados a Can Mir, un campo de concentración, donde por vez primera lograrán desde una fila de presos ver a sus allegados, aunque sin posibilidad de que la familia pueda hablar con ellos o tocarlos. El único personaje del exterior autorizado para permanecer en el presidio es un sacerdote que intenta confesar a quienes van a ser ejecutados para que ‘se arrepientan de sus errores’. Con un poco de suerte, su hijo consigue que una postal pueda llegar al prisionero. A partir de entonces se sucederán rudimentarias postales escritas por Rogelio que irán llegando a cuentagotas a la familia. Siempre bajo el estricto control de la censura militar. Postales dibujadas o escritas de la forma más artesana posible y con ocasión de eventos como la Navidad o las onomásticas familiares.
La esposa del detenido se presenta ante el capellán recordando que son una familia católica y practicante, que han ido siempre a misa, y que él es un buen hombre “aunque milita en partido socialista porque promete mejoras para la clase baja, a la que ellos pertenecen…”. A lo largo de los meses el cautiverio alcanzará las más variadas intensidades, entre ellas el traslado a otro campo de prisioneros, Son Granada, sin que hasta la fecha nadie le diga de lo que se le acusa. Con el peligro añadido de las falsas fugas en las que se ofrece salir a unos presos que cuando creen alcanzar la libertad pueden encontrarse ante un piquete dispuesto a eliminarlos con el pretexto de que intentaban fugarse. A lo largo de los meses siguientes Rogelio hace llegar a su familia una treintena de postales que serán conservadas a lo largo de los años tras salir de la prisión.
Descubrirá que en su día fue denunciado por un compañero de trabajo que anhelaba su puesto de encargado de planta. En los años siguientes la familia de Rogelio no volverá a tener la disponibilidad económica de los días en los que trabajó de encargado de la fábrica de zapatos. Su vida cambia por completo: sus allegados jamás le escucharán comentario sobre ningún tema vinculado a la política, un tabú hecho de silencios; el único en 1977 en los días anteriores a las primeras elecciones democráticas en las que celebra que la ciudadanía pueda votar libremente.
Antoni J. Escanellas Roig (1977) licenciado en Filosofía por la Universidad de Baleares, periodista en distintos periódicos de las Islas, agencias, radio y televisión, recibe de su madre una caja con unas treinta postales de su bisabuelo guardadas como una reliquia por la familia. El hallazgo le lleva a investigar sobre aquella circunstancia y época, y los momentos sobre la Mallorca de la guerra, que se va a convertir finalmente en el libro ‘La Ficha 15. Postales contra el olvido’. Un documento que recrea en tono cercano y familiar una situación y un marco histórico de interés. El libro aparecido hace pocas semanas y editado con excelente aparato visual y diseño de gran expresividad tiene una parte entrañable y otra dramática, está construido con amenidad, y recrea las circunstancias de 1936 desde una referencia sensible y humana.
Con un hecho añadido interesante: una vez compuesto el libro y las galeradas, Escanellas gracias a la desclasificación de documentos tuvo ocasión de consultar el expediente de su bisabuelo y de otros cinco acusados, con el conocimiento sobre los interrogatorios y la versión de Rogelio a las autoridades. Además un dato importante: fue absuelto por falta de pruebas, aunque la familia estuvo muchos meses sin poder ver a su padre. El libro se lanza en dos ediciones paralelas, en castellano y catalán, con el apoyo de la Consellería de Cultura, Participació i Esports del Govern Balear y del Institut d’Estudis Baleàrics.
Manuel Espin
Doctor en Sociología y licenciado en Derecho, CC Políticas y CC de la Información es escritor de ficción y no ficción, periodista y autor audiovisual para cine y tv.
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