La rana hirviendo y las políticas privatizadoras
- Escrito por Alberto Vila
- Publicado en Opinión
El SXX fue el escenario del naufragio de la idea de progreso. En el SXXI, se verificó como la sociedad civil, renunciando a la pulsión reivindicativa, asumía sus renuncias pasivamente. La esencia del origen de esa conducta tiene antecedentes que se hunden el pasado. En este punto merece atender a la coincidencia de la conversación pública con el relato predominante en la Opinión Publicada, que suele ser poco o nada empática con las necesidades básicas de la ciudadanía. Para algunos, se acerca una disrupción al tipo del 15M.
El incremento de la violencia aplicada por la dirección política de los estados, frente a la divergencia popular en relación al relato oficial, es una manifestación de la intención autoritaria de ejercer como brazos ejecutores de las brutales políticas neoliberales defendidas por los centros de poder del eje EEUU-Israel-EU.
Las tensiones históricas se han intensificando a nivel global. Pasado, presente y la memoria consecuente, están en revisión. La caída del muro no fue un punto y aparte. Sólo dio la oportunidad al capitalismo de empresa para resolver los desequilibrios sociales. Por el contrario, fueron los tiempos de la revolución conservadora de Thatcher y Reagan. Ante el estupor de las izquierdas domesticadas, expresadas por la tercera vía de Blair, el antiguo relato de los fascismos ha vuelto con fuerza, y financiación ilimitada de los poderes económicos. Son la nueva derecha que entona la vieja canción con la misma letra, pero con una melodía renovada. Lobos con piel de cordero. Ese discurso lleva años colonizando los contenidos de los grandes grupos de comunicación.
El capitalismo de empresa impuso su terminología performativa: mercado, competitividad, eficiencia, privatismo, la culpa es de los otros: migrantes, comunistas, comunidad gay, etc.. Ello, sumado a una colosal acción de los youtubers, instagramers y demás influencers, formulando propuestas basadas en ficciones. Resultado, adolescentes dispuestos a creerles y votarles, mientras comen y duermen gracias al apoyo de padres y abuelos. Meloni y Milei son el producto verificado de eso.
En el llamado Occidente ocurría esto. Pero, en el “otro mundo” se organizaba un contrapoder nada desdeñable representado por los BRICS. Tal contexto produce una realidad multilateral. Para los estados coloniales eso es inaceptable. La multiplicación de conflictos se dispara. El negocio del rearme no es una buena noticia.
Si atendemos entonces, a que las personas se muevan por expectativas que, a su vez, orientan la acción hacia qué modelos de sociedad construir, entonces tendríamos la confrontación central.
Veamos la fábula de la rana hirviendo. En ella se describe a una rana que se hierve viva lentamente. La premisa es qué, si se la pone repentinamente en agua hirviendo, saltará, pero si se la pone en agua tibia que luego se hierve lentamente, no percibirá el peligro y morirá cocinada.
Muchas personas que me leen preguntan los motivos por los que un obrero, o trabajador que vive de su salario mensual, sigue votando a los candidatos que le quitarán derechos. Representan el conformismo político y la aceptación de las migajas de la derecha corporativa. Las políticas privatizadoras aplicadas gradualmente, como la temperatura del agua de la rana, desmantelan los pilares de la sociedad del bienestar.
¿Saltaremos fuera de la cazuela o nos hervirán? Tu voto lo dirá.
Alberto Vila
Economista y analista político, experto en comunicación institucional.