El Aita Cettauen con marcha verde por las aguas y estrategia premeditada
- Escrito por Rosa Amor del Olmo
- Publicado en Opinión
Así le sale historia de España lo que debiera ser historia marroquí... Perico, moro de Guadix, eres un español al revés ó un mahometano con bautismo... Escribes á lo castellano, y piensas y sientes á lo musulmán... Musulmán eres... El cristiano soy yo." (Pérez Galdós, Aita Tettauen, p. 112)
Tenemos en estos días, desde antes de ayer de forma más clara una grito de guerra frente a nuestro país (Aita Tettauen que escribiera Galdós era un grito a la guerra de aquellos días) que posiblemente se quede ahí, pero que será complicado de solucionar. Es ahora un momento idóneo donde la confusión de ideas se establece en todo lugar y circunstancia especialmente sin que queramos en ningún caso considerar lo que está pasando como otro enfrentamiento o guerra con África, es decir Marruecos. Son nuestros vecinos marroquíes hombres y mujeres sagaces, conocedores de su terreno y ahora después de tanto tiempo con asuntos sin resolver por parte de España, surgen de nuevo conflictos que nos tendrán unas semanas en la incertidumbre. Muchos han sido los escritores españoles de la generación del 98 que han prestado su pluma y conocimientos para escribir sobre temáticas hispano-marroquí. Movidos por una causa humanitaria y/o de civilización en unos casos, empujados por posturas ideológicas o de principios, en suma, con determinación por un sentimiento de amor y respeto por los vecinos de la otra orilla. Aquellos escritores transmitieron al público español, pero también al público hispanohablante, sus impresiones, comentarios e inquietudes concernientes al estado de la cuestión.
En el caso de la guerra de Marruecos –de momento no nos vamos a asustar- los que opinaron en su debido momento especialmente Miguel de Unamuno, o Benito Pérez Galdós. Muchos periodistas trajeron al afolí de la información su conocimiento, aprovechando la mayoría de las veces un asunto externo para tener una opinión crítica sobre la situación político económica social interna.
Llama la atención aunque no es nada casual que la semana pasada Casado (PP) se reuniera con las autoridades marroquíes. Acoger al líder (en una comparación parda es como si se hubiera acogido al terrorista español más buscado por razones humanitarias) del Frente Polisario en nuestro país no ha sido una buena decisión, parece ser. Casado no debe dárselas de nada, le importa bien poco pensar en otros pueblos y en dramas sociales, pero aprovecha la ocasión o el desatino para meter su deseado cucharón, a ver qué se lleva. No es casualidad que algunos se la quieran liar al gobierno actual presidido por Sánchez. Pero lo cierto es que con ese excesivo “purismo ideológico” socialista, acudiendo a razones humanitarias y albergando en suelo español lo que el país vecino considera “su verdadero enemigo” se hayan complicado las cosas. Dejaremos el descerebramiento y oportunismo de algunos fuera, porque francamente no saben de lo que hablan, o quizás sí, y tengan ancestros que todavía tienen la llave de su casa de Granada expropiada hace muchos años, y como Franco, no quieran reconocer de dónde vienen, la cuestión es difícil de manejar.
Marruecos tiene ahora muchos aliados, entre otros, Israel. Otras potencias más reconocen su imperio sobre el desierto y es en suma un problema donde muchos aprovecharán para ponerse la medalla y poco les va a importar dejar a España en la estacada, una vez más. Los saharauis ahí están con un problema que no se soluciona desde hace más de cuarenta años y ahí seguimos. Los marroquíes suelen ser muy escandalosos y por qué no decirlo pundonorosos y entregados a la causa patriótica. Nadie se puede creer que de un día para otro, los habitantes del país vecino decidan que quieren buscar algo mejor en España y en Europa (nos quieren mucho). Camino van hacia la frontera desde Rabat, desde cualquier lugar y el pueblo de Marruecos, lo sabe cruzando la frontera para colarse en España so pretexto de razones humanitarias. El pueblo, tiene la capacidad y el tesón de seguir una inercia cuando no se tiene nada que perder. La razón es que España ahora es un enemigo para el país vecino y así se lo transmiten a sus ciudadanos. Esto se veía venir con esa estupidez de pensar que las medidas proteccionistas son en beneficio de la causa. ¿Qué causa? La del considerar al proteccionismo como un principio socialista, confundiendo la protección social con el proteccionismo nacionalista de otros. No olvidemos que el socialismo verdadero (y ya lo decía Unamuno) es internacional y eso que se llama proteccionismo no es más que un arma de la lucha aparente de unas naciones con otras, que es lo que está sucediendo ahora, España como vedette principal.
La situación es enormemente delicada al tener entre medias el ejército que no son precisamente las hermanitas de la Caridad en situaciones extremas como esta, cuestión quizás lógica. Pero por ello mismo y ante la fragilidad de la situación, las víctimas surgen y el manejo de ellas también. La frontera de Ceuta es custodiada por un ejército de Marruecos que cobra por ello. Basta con que no hacer nada o girar la cabeza para que nuestro país vecino quiera demostrar que con poco se hace mucho, una vez más. Al grito de “Yallah” es decir “vamos”, pues van. Nosotros seguimos empecinados en dogmatismos que nos infestan. Ya comentó Unamuno citando a Stuart Mill que la apropiación de la tierra era la iniquidad más radical. Lo que no se llega a ver es que en esta iniquidad radical y de origen, se basan algunos regimenes económicos actuales. La iniquidad ha permitido acaparar los medios de producción y el trasiego humano y de inmigración trabajadora. Ahora la expoliación del pobre, utilizado, manejado (muchos son simples adolescentes que no tienen otra cosa que hacer salvo el seguir la llamada, el grito de pundonor) se rebela como fruto de su inconmensurable ignorancia política en todo lo que a la cuestión social se refiere. Y ahí están defendiendo una causa, que en realidad no es suya pero que le sirve de razón –no dialéctica precisamente- para imponerse a unos procedimientos posiblemente realizados bajo una ideología socialista que se echaba de menos en otras cosas, pero que ahora ha explotado –sin medir sus consecuencias- la caja polisaria de fuegos artificiales frente a la inepcia de la tiranía.
Rosa Amor del Olmo
Doctora en filosofía y letras, Máster en Profesorado secundaria, Máster ELE, Doctorando en Ciencias de la Religión, Grado en Psicología, Máster en Neurociencia. Es autora de numerosos artículos para diferentes medios con más de cincuenta publicaciones sobre Galdós y trece poemarios. Es profesora en varias universidades y participa en cursos, debates y conferencias.
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