La inestabilidad financiera y las crisis
- Escrito por Carlos Berzosa
- Publicado en Opinión
La noticia de la quiebra de dos bancos en Estados Unidos, el Silicon Valey Bank y el Signature Bank, seguido por la caída del Credit Suisse y el castigo en Bolsa al banco más grande de Alemania, Deutsche Bank, ha vuelto a traer el recuerdo de la crisis bancaria de 2008. ¿Hasta qué punto se está a las puertas de otra crisis financiera de envergadura? Las autoridades de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo han hecho declaraciones para tranquilizar a empresas, instituciones inversoras y ciudadanos para que no cunda el pánico y se lleve a cabo una masiva retirara de fondos. Por una parte, han declarado la solidez de la mayor parte de los bancos, y por otra, aseguran la liquidez necesaria con el fin de que no se expanda el miedo.
Pase lo que pase, lo que resulta evidente una vez más es que las inestabilidades que provoca el mercado financiero privado tienen que resolverse por las instituciones públicas
No obstante, los diferentes agentes no han hecho mucho caso, tal vez por el escepticismo que generan las declaraciones oficiales, y se ha producido una retirada de fondos, si bien como me informan bancarios de alto nivel esta retirada está siendo menor que la que tuvo lugar en la pandemia. El pánico se ha transmitido por redes sociales y esto puede explicar las retiradas que se están dando de los depósitos. Por su parte, se piensa, y no sin razón, que las autoridades cumplen su función como es el tranquilizar la situación y que la calma se instale en los mercados. En todo caso, pase lo que pase, lo que resulta evidente una vez más es que las inestabilidades que provoca el mercado financiero privado tienen que resolverse por las instituciones públicas.
Las caídas y dificultades de los cuatro bancos han respondido a causas distintas, pero parece ser, según señalan determinados analistas, que hay un denominador común: la mala gestión de los últimos años. Si esto es así, y ahora parece tan evidente, la pregunta que hay que hacerse es: ¿cómo no se actuó antes para evitar males mayores? Ante esta falta de actuación surgen otra serie de interrogantes: ¿han fallado los reguladores, o bien la normativa actual es tan laxa que no se vigila lo suficiente? La desregulación habida desde los años ochenta del pasado siglo, y que no se ha corregido lo suficiente en la crisis de 2008, es la respuesta correcta, que a mi modo de ver hay que dar. Además, no deja de llamar la atención que una mala gestión y las causas diferentes que la han causado vayan a estallar al mismo tiempo. No parece, por tanto, que sean casos aislados y que no se contagie nadie más cuando hay importantes interdependencias en el sistema financiero.
De todos modos, Krugman, en el artículo «¿Hasta qué punto es grave el lío de los bancos?», publicado el 26 de marzo en el suplemento de Negocios de El País, acaba: «La conclusión es que, de momento, esto no parece una crisis financiera en toda regla. Pero permanezcan atentos». Por el contrario, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advierte, en una conferencia impartida en Pekín, del aumento de los riesgos de otra crisis financiera. Considera que los líderes políticos han actuado con decisión en respuesta a los riesgos para la estabilidad financiera. De forma que estas medidas han aliviado en cierto modo las tensiones del mercado, pero la incertidumbre es elevada, lo que subraya la necesidad de mantener la vigilancia.
No hay una respuesta evidente a lo qué puede suceder, pero con el fin de ir más allá conviene citar a MInsky (1919-1996): «El sistema de mercado de determinación de relaciones financieras y la valoración de los activos dan señales que conducen al desarrollo de relaciones que llevan a la inestabilidad. Con esto podemos decir que los periodos de estabilidad (o de tranquilidad) de una economía capitalista moderna son transitorios» (Estabilizando una economía inestable, Profit. 2020). Estas palabras escritas en 1986 ponen de manifiesto un estado estructural de un sistema financiero que es básicamente inestable y que habrá de tratar de estabilizar con medidas apropiadas y no con el mercado sin regulación.
Carlos Berzosa
Catedrático emérito Universidad Complutense.