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La unidad de los grandes partidos ante el desafío soberanista es una buena noticia


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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en tanto que principal partido de la Oposición en Las Cortes Generales, ofrecieron ayer una tranquilizadora imagen de buena sintonía en un momento en que el Estado se enfrenta al desafío secesionista emprendido por la Generalitat de Cataluña y los partidos que sustentan al Govern de Carles Puigdemont.

Aunque Sánchez no evitó impostar cierta distancia con el Gobierno al declararse contrario a aplicar el artículo 155 de la Constitución, sabedor de que el concurso del PSOE para adoptar tal medida es innecesario -pues la Carta Magna delega la preceptiva autorización al Gobierno en el Senado, donde el Partido Popular dispone de una cómoda y sólida mayoría absoluta-, la imagen de unidad de los dos grandes partidos nacionales ante el otoño caliente que se avecina por la manifiesta irresponsabilidad institucional de PdCAT, ERC y la CUP, es una buena noticia. Que el Partido Socialista se sitúe sin ambages en el orden constitucional es una muestra de normalidad democrática cuando desde las filas independentistas se lanzan al mundo mensajes que ponen en duda el Estado de Derecho en nuestro país.

Desde EL OBRERO hemos defendido cualquier cambio de la Constitución Española que refleje una clara voluntad de la sociedad española, y la propia Ley de Leyes contempla esa posibilidad. La independencia de Cataluña o la modificación de la estructura territorial del Estado Español no forma parte de un deseo popular mayoritario. Tampoco en Cataluña, como quedó reflejado en el resultado de las últimas elecciones autonómicas. En ese contexto, saber que el Gobierno no estará solo ante el desafío independentista es el mejor mensaje que podía lanzar el PSOE a la ciudadanía.