La situación de los empleados de Seguros en tiempos de la República
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
Pretendemos realizar un primer acercamiento a la situación de los empleados de las compañías de seguros en tiempos de la República, un asunto al que prometemos regresar con el fin de profundizar.
El movimiento obrero de signo socialista consideraba que las empresas de seguros explotaban desde hacía mucho tiempo a sus empleados con míseros sueldos y jornadas laborales agotadoras. La situación del empleado era, según esta interpretación, terrible.
Los empleados, a pesar de su empeño y no por falta de organización, no había podido hacer frente con éxito a las compañías de seguros con su poder y actitud intransigente. Se acusaba a estas empresas de ser siempre explotadoras, acostumbradas a comerciar con vidas y haciendas, de que habían actuado con la protección del régimen anterior, además de no comprender que los tiempos habían cambiado.
La organización de empleados de seguros estaba riñendo verdaderas batallas contra la patronal. Sus representantes en el Jurado Mixto (recordemos que la República sustituyó los Comités Paritarios por Jurados Mixtos) defendían con mucha energía sus reivindicaciones, pero se topaban con la intransigencia, ya mencionada, de la patronal de los seguros. Los socialistas advertían que esta forma de proceder podía generar situaciones que después todo el mundo lamentaría. Se recordaba que la legislación social de la República protegía al empleado de seguros, como al resto de trabajadores, por lo que no valía ni la influencia de las compañías aseguradoras ni los subterfugios que se pudieran poner en marcha. La ley era para todos, para obreros y patronos.
Al parecer, el 9 de junio de 1932 los empleados celebraron una asamblea sobre la posición a adoptar ante la actitud hostil de la patronal. Se habló de movimientos, de acción directa y de procedimientos arbitrales. Estas tres posiciones fueron defendidas con fuerza en dicha reunión, pero los socialistas consideraban que de todas ellas solamente había una que pudieran poner en práctica los empleados de seguros, y era la del procedimiento arbitral. Y lo era porque para emprender un movimiento (huelga) había que tener la seguridad completa de que se iba a vencer, porque si no era así, era preferible no moverse, muy en la línea que siempre había defendido el sindicalismo socialista. Se era muy pesimista en relación con la posibilidad de vencer a las compañías en una huelga. En las asambleas siempre había mucho entusiasmo para emprender actuaciones, pero luego muchos se volvían atrás por falta de preparación sindical. Y eso era lo que se reclamaba desde El Socialista, es decir, que los directivos de la Agrupación Sindical de Empleados de Seguros se dedicasen a preparar a sus afiliados para que en todo momento supieran responder a las consignas de la organización, el gran pilar del movimiento obrero socialista.
Así pues, en el final de la primavera de 1932 las circunstancias aconsejaban el procedimiento arbitral, habida cuenta de que a los empleados les asistía la razón. Se aconsejaba actuar dentro de la legalidad, procurando presionar con la fuerza organizada para que se les reconociese su razón. Después, en caso de agotarse todos los procedimientos legales, sería ocasión de proceder de otra forma.
Seguiremos.
Hemos trabajado con el número7283 de 10 de junio de 1932 de El Socialista.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.