Entre el 1 y el 2 de mayo para Francisco Núñez Tomás en 1908
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
En un artículo, que publicamos hace tiempo en El Obrero presentamos la visión crítica del movimiento obrero madrileño hacia 1870 sobre la fiesta del 2 de mayo, ya que la Sección madrileña de la Internacional llegó a publicar un manifiesto contra la fiesta con el argumento de la defensa del internacionalismo de la clase obrera frente al patriotismo de la burguesa. La fiesta alentaba el “odio patriótico” en contra de los hermanos franceses, y se terminaba con un alegato por la fraternidad.
El PSOE también se declararía, a comienzos de 1908, contrario a la conmemoración en el centenario del 2 de mayo, en 1908 en Madrid, basándose, en parte en los mismos argumentos expuestos. Pero, además, para los socialistas no valía el argumento empleado por los defensores de la celebración, que consideraban que no se festejaba el odio contra los franceses, sino la libertad y la independencia. Los socialistas consideraban que la mayoría de los españoles ya no veían eso después de tanto tiempo, pero, sobre todo, parecía intolerable que fueran los que ellos consideraban como explotadores los que defendiesen esos valores de libertad y de las virtudes cívicas, cuando eran los que explotaban a la inmensa mayoría del país. Para conseguir esos objetivos de fortalecer las ideas de libertad e independencia había otros medios, otros actos y otras celebraciones, como los que se podrían hacer en relación con el progreso científico o el arte, sin olvidar que los socialistas pensaban que ellos hacían más por esas ideas luchando por conseguir más educación, en su lucha por la consecución de la plenitud de los derechos políticos, y fomentando la solidaridad.
En el número monográfico de El Socialista sobre el primero de mayo se insistió en esta línea de pensamiento, y en otro número se hizo una crítica de los actos organizados en sí. Pues bien, en este artículo nos detendremos, precisamente en el monográfico del primero de mayo a través de la comparación que hizo Francisco Núñez de las dos fiestas de dicho mes, la del día 1 y la del día 2.
Francisco Núñez Tomás (1877-1945) fue un tipógrafo, en la mejor tradición del socialismo español, además de periodista, que desarrolló una intensa labor en el PSOE y en el UGT, llegando a ser miembro de la Comisión Ejecutiva del Partido y diputado por Badajoz, terminando sus días en el exilio mexicano.
Núñez Tomás dejaba muy claro la diferencia entre ambas fiestas cuando comenzaba su columna afirmando que hasta en eso se distinguía la lucha de clases, e decir, en el ámbito festivo también había separación entre explotados y explotadores.
Si el primero de mayo era la fiesta que los trabajadores consagraban a su objetivo e ideal, el dos de mayo era la de los patriotas, de los amantes de las pasadas glorias, de los que de la guerra hacían un negocio, de la burguesía, en fin, a la que le gustaba conmemorar “actos guerreros, sangrientos e inhumanos”.
La primera era una fiesta de futuro, de aspiración, frente a la segunda que era un recuerdo. Los trabajadores celebraban la “fiesta del bien”, la de la inteligencia y el amor entre los hombres que producían, es decir, que hacían algo útil para la vida, mientras que los otros, los burgueses, entendemos, celebraban el odio entre dos pueblos y los actos que costaron la vida a tantos seres humanos. En pocas palabas, si el primero de mayo era una fiesta positiva, el dos de mayo era negativa.
Hemos consultado los números 482, 484, 1142, 1156 y 1157 de El Socialista, además del artículo citado al comienzo, que el amable lector puede también hacer en la hemeroteca de El Obrero.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.