El secretario de Trabajo norteamericano sobre la jornada de las ocho horas (1923)
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Textos Obreros
En la primavera de 1923, el secretario de Trabajo de la Administración norteamericana de Warren G. Harding, y que luego repitió, a la muerte del presidente, en la de Calvin Coolidge, ambas republicanas, James J. Davis, hioz unas declaraciones en contra de las largas jornadas de trabajo. Es interesante recordar dicha opinión porque la Administración Harding rompió, en gran medida, con el tradicional programa de los republicanos (Roosevelt y Taft), así como por el de los demócratas de Wilson, basados en el proteccionismo y los impuestos altos, por otra política no intervencionista y poco social, además de ser desarrollar muchas trabas hacia la inmigración.
Pero en materia laboral Davis defendió la reducción de la jornada laboral, es decir, una postura social. En este sentido, felicitó a la patronal del carbón que había decidido suprimir el sistema de siete días de trabajo con jornadas de doce horas. En la carta que les envió explicó las consecuencias positivas de este cambio sobre la vida doméstica de los trabajadores y de todo el país, como se habría demostrado ya en Estados Unidos con la aplicación de la jornada laboral de ocho horas en distintos sectores.
El secretario de Trabajo, además, defendió el hecho de que una larga jornada de trabajo no era beneficiosa para la producción. Expresó su convencimiento, basado en la experiencia, de que ni la calidad ni los precios de los productos manufacturados, ni la propia vida social entera estaban bien servidos con una semana de trabajo de siete días ni con largas jornadas.
De estas declaraciones se hizo eco la Federación Sindical Internacional, y en España se conocieron gracias a El Socialista, en su número del 14 de junio de 1923.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.