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Barrio Chino de Barcelona, antes de la guerra civil


(Tiempo de lectura: 3 - 5 minutos)

¿Cuáles son los orígenes del Barrio Chino? ¿Quién le puso el nombre?

¿Qué calles formaban parte? ¿Qué locales le dieron fama? ¿Qué gente habitaba?

En este artículo intentaré contarlo.

Fue hacia 1925 cuando Francisco Madrid publicó una serie de artículos en el semanario "El Escándalo" bajo el lema de "Los bajos fondos de Barcelona". En un artículo sobre una conocida taberna de la calle Arco de Teatro "La Mina. Juan el sereno" dice "La Mina es la gran taberna del Barrio Chino. Porque el Distrito Quinto (de Barcelona) como Nueva York, Buenos Aires o Moscú, también tiene su Barrio Chino” (1).

El autor nos señala la zona que va del cuartel de las Drassanes (Atarazanas) en la Calle Arc del Teatre y del Paral·lel a las Ramblas. Dentro podemos encontrar la calle Cid, Migdia (desaparecido), portal y calle Santa Madrona, Peracamps, Mina, Guardia, Montserrat y Lancáster. Pronto la prensa sensacionalista se apropió del nombre y con la posguerra se amplió la zona más arriba de Conde de Asalto (Nou de la Rambla) y la calle Tàpies. El barrio estaba habitado por obreros recién llegados del sur, especialmente Murcia y Andalucía. Por sus calles y locales pululaban traficantes, estraperlistas, pistoleros, anarquistas, marineros, soldados, prostitutas y travestidos. También bajaba la "gente bien", pese a ser señalada como "la zona de peor fama de toda la península", no dudaban en entrar en sus peligrosos locales.

Republicanos y anarquistas tenían un concepto pésimo de la zona, La Solidaridad Obrera, órgano de la CNT, pedía dinamitar el barrio, a pesar de que sus afiliados recorrían sus calles. La Campana de Gràcia hablaba de suciedad, tabernas sórdidas y llenas de gente de la peor calaña.

Durante los años 20 y 30 en el Barrio Chino barcelonés aparecieron una serie de locales a los que acudían hombres en busca de tener relaciones sexuales con otros hombres, por placer o por dinero. No eran locales pensados para ellos, los propietarios obligaban a ir travestidos a los que acudía en busca de algún encuentro ocasional. El honor masculino de los “señores de bien” debía quedar intacto. El propio Genet cuenta cómo se travestía para buscar clientes. Locales como la Criolla, la Mina o Cal Sacristà, triunfaron tanto, como mala era su fama.

Otros bares de la zona, como el viejo Cangrejo Loco, chicos rubios como la cerveza y con bellos ojos verdes hacían las delicias de ilustres homosexuales como Rafael de Leon o el propio Jacinto Benavente.

En 1945 Genet seguramente ya tenía cierta idea sobre identidad de género al citar a las personas transvestidas como “las carolinas”, (2) pero la comparación con las gasolineras de mayo de 1968 es muy posterior y fue Goytisolo quien la realizó. Cuando se define a las Carolinas como personas transexuales o transgénero, se ignora que estos conceptos en la Barcelona de los años 20 y 30 no existía. Pero sí existían personas transvestidas que mostraban una incipiente identidad femenina.

Nombrar a este grupo de personas como Carolinas me parece mucho más correcto que el utilizado hasta la fecha. Pero debemos tener en cuenta que era un grupo muy heterogéneo cuya identidad era el travestismo. La mayoría utilizaban nombres femeninos (Asturiana, Candelaria, Cojitos, Madriles, Rana, Eloisa). Las más populares utilizaban nombres más ambiguos: Flor de Otoño, Derkás, Mirko… Aunque utilizaban nombres femeninos, la realidad cambiaba cuando dejaban atrás la zona. Algunos historiadores las definían como "hombres disfrazados de mujer" o "travestidos salvajes", siempre en masculino y con muy poca empatía.

Las pocas imágenes que tenemos de Flor de Otoño están en el cabaret la Criolla, no en el Bataclán como sugiere el film de Pedro Olea, y en los años 30. Se le ve ligeramente travestido, desnudo de cintura arriba o bailando con otros hombres. En una imagen en los reservados del famoso local aparece junto a otros travestidos y pistoleros de la patronal, antes de una supuesta orgía. ¿Era realmente un anarquista o un confidente del bando represor? No tenemos constancia de cuál era su nombre real, seguramente no tenía ninguna relación familiar con la alta burguesía barcelonesa. Sobre su identidad anarquista parece aún más complicado, dada la negativa visión que tenían los anarquistas sobre la homosexualidad. Cabe recordar que la "Soli", diario de la CNT, pedía volar la zona para acabar con la enfermedad homosexual.

De su desaparición después del atentado contra las Atarazanas de 1933 tampoco tenemos constancia alguna. Quizás fue un personaje que aparece citado como "Miss Flor de Liss", con unas características muy similares a Flor de Otoño. Parece que en 1935 intentaba marcharse a Valencia donde la cocaína no estaba tan perseguida. Se le cita como un travestido cocainómano, que vivía traficando y vendiendo su cuerpo al mejor postor. Siempre por la zona de la Criolla.

(1) Madrid, Francisco. Sangre en Atarazanas. La Vanguardia libros.

(2) Genet utiliza por primera vez la palabra “carolinas” en El Diario del Ladrón, en 1948, citando unos hechos de los que no fue testigo directo.

Más:

Villar, Paco. La Criolla, la puerta dorada del Barrio Chino. Ed Comanegra.

Genet, Jean. Diario del Ladrón Edicions 62.

Madrid, Francisco. Sangre en Atarazanas. La Vanguardia libros.

Blogs "No te quejarás por las flores que te he traído"

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Experto en historia LGTBI.