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Emilio Alonso Sarmiento

Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.

Richard F. Burton. Su Vida. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Si el novelista más romántico de la época victoriana, se hubiese sacado del caletre al capitán si Richard Francis Burton, el personaje habría sido rechazado, tanto por el público, como por la crítica de aquella época racionalista, ya que lo habrían considerado excesivo, extremo e inverosímil. Burton fue el paradigma del erudito aventurero, un hombre que descolló por encima de los demás, tanto en lo físico como en lo intelectual; fue militar, científico, explorador y escritor, aunque durante buena parte de su vida, estuvo además comprometido, en la más romántica de las actividades, la del agente secreto.

El Congreso de 1997. IV

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Volvamos al Congreso de 1997, aquella mañana de junio, cuando un Felipe González de 51 años, terminaba su discurso, invitando a repensar el socialismo para el siglo XXI. El silencio espeso en la sala, que había absorbido hasta ese momento sus palabras, se convirtió en aplauso, ovación puestos en pie, lágrimas y gritos de Felipe, Felipe, Felipe… Por un largo rato – larguísimo rato, como si se aplaudiera a Maria Callas, tras su última aria – todos aquellos cargos, todos aquellos poderes municipales y autonómicos, todos esos ex ministros y directores generales, ahítos de despacho y de cinismo administrativo, se sintieron, de nuevo, bajo la bóveda del teatro Jean Vilar de Suresnes en 1974. En su retirada, Felipe les recordó quienes eran, de donde venían y, que los había llevado hasta allí.

Dar la cara

(Tiempo de lectura: 1 - 2 minutos)

Cuando uno pierde debe reconocerlo. Cuando lo reconoce, debe actuar. Cuando pierde mucho sobre las propias expectativas, debe actuar con contundencia.

El Congreso de 1997. III

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

En la entrevista que tuvo Felipe González con Françoise Mitterrand en 1983, el presidente de Francia se sorprendió de que el Estado español, aguantara los múltiples asesinatos de ETA sin descomponerse, sin que los militares se rebelaran, o sin que las instituciones se desmoronasen. Por supuesto que la llamada “guerra sucia”, fue una manera de sobreponerse a la impotencia y, de contentar a los militares, que amenazaban con enviar tanques a Irún, pero, incluso contando con estos actos ilegales, criminales y repugnantes, la reacción del estado español contra ETA, en tiempos de democracia, siempre fue más tibia, que la de otros estados democráticos, ante amenazas equivalentes.

El Congreso de 1997. II

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

El discurso de Felipe González, en el congreso del PSOE de 1997, fue desigual. Brillante en su primera parte, lleno de verdades y, alguna que otra profecía a medias. Allí estaba el Felipe de antes, el que lo entendía todo al primer golpe y, sabía resumirlo en tres frases. Pero la segunda parte no sonó tan bien, era demasiado opositora, demasiado escocida por la derrota, demasiado sarcástica con el nuevo inquilino de la Moncloa. La primera parte, sin embargo, donde resumió su obra de gobierno, merecería un hueco en la historia de España y, asombra quizá más hoy que en 1997. Empezó por la Transición. La clave dijo, consistió en no vindicar el pasado, en concentrar los esfuerzos en reivindicar el futuro. Consistió en no quedar atrapados, una vez más, en el laberinto de una historia, que no hicimos bien en el siglo XIX y, una buena parte, del XX.

El Congreso de 1997. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

“Debéis saber que no seré candidato a la secretaría general”, dijo Felipe Gonzáles en su primera intervención.

Dejar atrás las asambleas universitarias

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

En mis años mozos, participé activamente en muchas asambleas universitarias, tanto en la Complutense como en la UIB. Y con frecuencia recuerdo y añoro, siento nostalgia por aquello tiempos.

El rey de Francia es calvo

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Una de las cuestiones que más perplejidad despertaban en los filósofos, en el pasado siglo, a partir de los años veinte, era la relación entre el lenguaje y el mundo ¿Cuál era el proceso, por el cual una serie de letras, digamos por ejemplo “p-i-p-a”, cuando se disponían en el orden correcto, adquirían un significado? A principios del siglo XX, el credo era todavía, que todas las palabras representaban objetos. Y que esta era la manera, como una palabra obtenía su significado. La palabra “pipa” está en lugar del objeto pipa; la palabra significa el objeto. Pero esta perspectiva, sobre la relación entre el lenguaje y el mundo, no dejaba de ocasionar un buen número de perplejidades.

Nuevos héroes de la libertad de expresión

(Tiempo de lectura: 3 - 5 minutos)

Achacad mi “incorrección política” a mi edad, a mi deterioro cerebral, ya incapaz de entender que hoy se de por bueno, lo que a mi me enseñaron que era simple mala educación. A comprender como humor ingenioso, lo que en mis días se consideraba pura chabacanería. A confundir hablar claro y sin tapujos, con la falta de respeto.

28 de octubre de 1982. III

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

A las nueve menos cuarto, cuarenta y cinco minutos después del cierre de los colegios electorales, sonó el teléfono en la casa de Julio Feo, era el de la línea segura con Alfonso Guerra. Lo cogió Julio Feo. La voz de Alfonso al otro lado dijo:

28 de octubre de 1982. II

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Una tarde Felipe González se enteró, que su amigo Pablo Juliá, vivía en la pensión Vergara, un agujero mohoso del barrio de Santa Cruz y, lo sacó de allí para instalarlo, con Juanito Alarcón (que después sería su chófer) en uno de los pisos que tenía su padre por Sevilla y, reservaba para sus hijos. Sin que se diera cuenta le pagaba parte de la matricula en la facultad (dame mil pesetas – le decía – que voy a arreglar la matrícula de Carmen y de paso pago la tuya y, Pablo no sabía que la matrícula costaba mucho más de mil pesetas, que abonaba Felipe) y le llevaba ropa sin herir su orgullo (este jersey no le gusta a mi cuñado, mira a ver que tal te queda a ti, sería una pena que no se lo pusiera nadie).

28 de octubre de 1982. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Julio Feo se echó la bufanda al cuello – con ese descuido tan coqueto, que con los años se haría famoso – se puso la chaqueta y, con las llaves del coche en la mano, salió de casa. Arrancó y se dirigió a la otra punta de Madrid, a buscar precisamente a un periodista, el único al que se permitiría ser testigo de aquella tarde y, contarlo en un periódico.

Liberal Latte

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Los estadounidenses asocian el café “latte”, con ideologías progresistas, hablan del “liberal latte”. Y parece que, en Bruselas, el PP se empeña en hacer algo parecido con Doñana, como si la disputa por la conservación del parque natural, fuera una especie de manía progresista.

Las pléyades

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Cuando era aún un chaval y veraneábamos en Valldemossa, después de cenar mis padres si iban a tonar un café con sus amigos a Ca’n Perico. Yo me quedaba un rato, antes de irme a la cama, con mi abuela Marie Porcel Boucher en el jardín. Ella estaba siempre allí, con sus pensamientos y mirando a la bóveda celeste. Entonces me enseñaba a situar y conocer las constelaciones, explicándome el origen y el porqué de sus nombres.

Einstein pierde, Niels Bohr gana

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

El físico James Trefil decía que la mecánica cuántica, es una “región del universo donde el cerebro humano, no puede sentirse cómodo”. Y esta incomodidad viene dada, porque la naturaleza, a escala microscópica, responde a leyes que desafían, nuestra comprensión de la realidad macroscópica. Entre estos comportamientos está la superposición (una partícula puede estar en diferentes estados a la vez, como el gato vivo y muerto de Erwin Schrödinger) y el entrelazamiento a distancia – o acción fantasmal como la describió Einstein – es el principio que permite, que las partículas separadas y alejadas, respondan de forma instantánea y, se comporten como un solo sistema.

Moción de censura. II

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Del Molino dice que leer hoy aquellas jornadas de la moción de censura, en el “Diario de Sesiones”, asombraría a todos los que sólo han conocido, los Plenos del Congreso actuales, en general preconizados y guionizados de antemano. Pero que escucharlas – y especialmente verlas en las grabaciones de TVE – es una experiencia impresionante.

Virginia Woolf y la escritura. II

(Tiempo de lectura: 1 - 2 minutos)

La intensidad sin fisuras, con la que escribía Virginia Woolf, asociada a todas las sensaciones e impresiones, que registraba continuamente, era, en cierta forma, responsable de su vulnerabilidad y, de su miedo a las críticas. Incluso cuando comenzó a hacerse famosa, reconocida como una escritora importante, ella jamás, jamás, ha dado señales de ese mal fatal, que alcanza a todas las celebridades: creerse alguien importante. Muy al contrario, cuanto más apreciada era, más frágil se mostraba, más modesta se tornaba, más humilde, poco segura de sí misma, muy al contrario de personajes como Wells, Galsworthy y Shaw.

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Moción de censura. I

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Adolfo Suárez se entendió con Santiago Carrillo y con Felipe González. Con Manuel Fraga menos, porque con Fraga no había quien se entendiera. Las amables conversaciones con los líderes socialista y comunista, difuminaron algo su imagen de jefe conservador y, sus votantes parecían sentirse traicionados. Los demasiados ucedistas, que se consideraban con derecho a sucederle, comenzaron a decir que su jefe, cargaba demasiado hacia la izquierda. Quizá tenían razón los del búnker, en lo de que el hijo de un rojo, acaba siendo rojo, como si fuera una fatalidad genética. La verdad es que Suárez, se entendía lo suficiente con la izquierda, como para parir con ella una Constitución neutra. El texto no es militante, el primero en no serlo en la larga y triste historia, de las muchas constituciones españolas.

Virginia Woolf y la escritura. (I)

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Leonard Woolf repite con frecuencia, hasta que punto se descubre en los diarios de Virginia, que toda su vida giraba en torno de su escritura. Ella empleaba sus diarios como Beethoven hacía con sus libretas, lanzando una idea – en su caso un tema – que sería recobrado meses o incluso años más tarde, ella en un libro y él en una sinfonía. Cuando Virginia escribía, conversaba íntimamente con ella misma, a propósito de la novela, su significación, su sentido profundo, su objetivo, los personajes, la construcción.

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Suresnes. Octubre de 1974. II

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Dueño de la escena, Felipe apenas miró sus notas. Al no haber gestionado nada, pues el partido llevaba sin bridas desde 1972, no tenía nada de lo que informar. Así que tomó el rábano por las hojas y, aprovechó para desarrollar el análisis que había escrito, en la reunión del hotel Jaizkibel. Habló de la enfermedad terminal del franquismo, de los errores de la oposición, de las alianzas y del futuro democrático, al que Portugal acababa de adelantarse. Lo hizo con su característica finura, identificando a los amigos y a los enemigos. Por unos instantes, todos los asistentes al congreso, parecieron franceses negociando un programa electoral. Bien iluminado en el centro del escenario, el chaman Isidoro, fascinó a los delegados. Antes de su intervención, muchos querían que siguiera una dirección colegiada, sin una cara al frente. Después del discurso, casi todos los reconocieron como jefe.

Suresnes. Octubre de 1974. I

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Hasta los años veinte del pasado siglo, el municipio de Suresnes (casi un barrio de Paris) era pura mugre proletaria. Las fábricas que usaban el río Sena como desagüe, no sólo hicieron de aquel suburbio, una pesadilla de Balzac, sino un foco de socialistas. Si hay algo en Francia parecido un falansterio – nos recuerda Del Molino – es Suresnes.

Recaredo y su conversión. III

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En el III Concilio de Toledo, convocado por el monarca Recaredo en el mes de mayo del año 589, el núcleo de la reunión giro, por supuesto, sobre materias de fe, dirigidas a defender la Trinidad, es decir, la consustancialidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que rechazaban los arrianos. Se anatematizó, en todos sus puntos, la doctrina defendida por Arrio el obispo hereje, que murió excomulgado y envenenado, en el año 336, después de ser condenado por el concilio de Nicea – presidido, como ya sabemos, por el emperador Constantino, en el año 325 – en el que se defendió la consustancialidad de las tres personas divinas (“homo-ousion”, de la misma esencia). En el concilio, se admitió la presencia de los representantes del pueblo godo (“omnis gens gothorum”), pero también de los representantes de los suevos (“suevorum gentis infinita multitudo”) en la unidad de la fe y, contra cualquier otra herejía. La conversión de Recaredo repercutió en la Narbonense, donde también se convocó un concilio en la capital, con asistencia de los ocho obispos de la provincia, para aceptar las directrices del monarca.