El Congreso de 1997. III
- Escrito por Emilio Alonso Sarmiento
- Publicado en Tribuna Libre
En la entrevista que tuvo Felipe González con Françoise Mitterrand en 1983, el presidente de Francia se sorprendió de que el Estado español, aguantara los múltiples asesinatos de ETA sin descomponerse, sin que los militares se rebelaran, o sin que las instituciones se desmoronasen. Por supuesto que la llamada “guerra sucia”, fue una manera de sobreponerse a la impotencia y, de contentar a los militares, que amenazaban con enviar tanques a Irún, pero, incluso contando con estos actos ilegales, criminales y repugnantes, la reacción del estado español contra ETA, en tiempos de democracia, siempre fue más tibia, que la de otros estados democráticos, ante amenazas equivalentes.
Recordemos. El 6 de marzo de 1988, un comando de las fuerzas aéreas especiales de la RAF británica (SAS), abatió a tiros en Gibraltar a Daniel McCann, Seán Savage y Mairéad Farrell, tres miembros del IRA que, según el M15, iban a detonar un coche bomba en el peñón. Les dieron el alto, cuando caminaban hacia la frontera de España. Los terroristas echaron a correr y, los soldados dispararon a Farrell y McCann por la espalda. Minutos después, interceptaron a Savage, que huía hacia el centro de Gibraltar y, le dispararon igualmente. El gobierno británico, dijo que el ejército había abortado un atentado y, había abatido a los terroristas, justo cuando iban a detonar el explosivo. También dijo que los soldados dispararon, cuando uno de los irlandeses sacó un arma. La investigación descubrió, que los tres miembros del IRA iban desarmados y, que no había ninguna bomba, en el coche que aparcaron. Cuando Amnistía Internacional pidió responsabilidades y, que se aclararan los asesinatos, Margaret Thatcher respondió furibunda, que el ejército había cumplido con su deber, librando al Reino Unido de tres terroristas peligrosos. No había más que hablar.
Históricamente, los gobiernos de Londres, Bonn, Roma o París, no han mostrado piedad con los terroristas, ni remilgos con los derechos y garantías constitucionales. Ni esa operación, ni ninguna de las suspensiones de derechos fundamentales, decretadas en Irlanda del Norte, ensombrecieron la memoria de la Thatcher, cuyas polémicas tienen que ver con otras cuestiones, sobre todo económicas. No hay un episodio parecido, en la historia del terrorismo español en democracia. Nunca un comando militar, se ha plantado en mitad de Rentería y, se ha puesto a disparar por la espalda, a miembros de ETA desarmados. Tampoco hubo en España, nada parecido a la OAS (Organisation de l’Armée Secrète) francesa, infestada de militares corruptos, ni se aplicó la dureza, que la república Federal Alemana, empleo contra la Fracción del Ejército Rojo, ni hubo una organización de terrorismo fascista, directamente conectada con el partido del gobierno y la mafia, como el Ordine Nuovo italiano. Y, sin embargo, sólo en España se ha dado un debate tan largo, sobre la guerra sucia y las cloacas del Estado y, sólo en España los jueces se han cobrado piezas de caza mayor, como ministros.
A eso se refería Felipe, cuando hablaba de la autocontención, de las fuerzas de seguridad españolas con ETA y que, a veces, se arrepentía de no haber sido más duro. Por eso le dijo a Juan José Millás, que pudo haber volado la cúpula de ETA y, que, a veces, se arrepentía de no haberlo hecho, porque estaba convencido de que Mitterrand o Thatcher, la habrían volado y, al día siguiente, se habrían enfrentado a las críticas diciendo: qué queríais, eran terroristas.
Pues eso.
(Continuará.)
Emilio Alonso Sarmiento
Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.