28 de octubre de 1982. III
- Escrito por Emilio Alonso Sarmiento
- Publicado en Tribuna Libre
A las nueve menos cuarto, cuarenta y cinco minutos después del cierre de los colegios electorales, sonó el teléfono en la casa de Julio Feo, era el de la línea segura con Alfonso Guerra. Lo cogió Julio Feo. La voz de Alfonso al otro lado dijo:
- Pásame con el presidente
- ¿Qué pasa? dijo Felipe
- Presidente – anunció Guerra, subrayando por segunda vez el cargo, el Partido Socialista Obrero Español, ha obtenido doscientos dos diputados.
Carmen, Julio y los demás, que estaban pegados al teléfono, oyeron a Alfonso y saltaron de alegría, con gritos y lágrimas. Todos se abrazaban, brincaban y daban vivas, pero Felipe colgó sin inmutarse. Los demás, desconcertados por la tranquilidad imperturbable del jefe, se tranquilizaron también.
La foto para la historia no la hizo Pablo Juliá, que siempre ha trabajado en un registro más importante, el de la intrahistoria. El testimonio que ilustraría las enciclopedias y los manuales de historia del bachillerato, fue obra de César Lucas. Antes de la medianoche, Alfonso y Felipe, se asomaron a la ventana, de una suite del hotel Palace y, saludaron a una multitud discreta, que coreaba el nombre de Felipe. Los dos amigos se dan la mano, levantando los brazos, unidos en un gesto triunfal. No es gran cosa. Un icono austero, para una noche, en la que muy pocos se emborracharon. Es la foto de dos amigos, en el momento más dulce de su amistad.
Tampoco aparecieron, los temidos piquetes fascistas. La noche terminó de forma muy discreta, en el edificio de “El País”, en la calle Miguel Yuste, en una cena tardía con el director del periódico, Juan Luis Cebrián, el dueño, Jesús Polanco, algunos periodistas y, algún que otro columnista famoso, como Francisco Umbral. Aquella noche nació una simbiosis, destinada a cambiar el paisaje español. El periódico que aspiraba a representar la España democrática, se declaraba, como más de diez millones de votantes, felipista. El titular de la primera página, era insípido, a tono con el aire discreto que todos buscaban: “El Partido Socialista, con 201 escaños, consigue la mayoría absoluta, para gobernar la nación”. (Como es bien sabido, eran en realidad 202 escaños, pero el último escaño se asignó, cuando el periódico ya había cerrado la edición). “Diario 16”, auspiciado por “Cambio 16”, donde Felipe había encontrado sus primeros amigos en la prensa, fue mucho más celebrador: a toda página y en mayúscula se leía “PRE-SI-DEN-TE”.
Pues eso.
Emilio Alonso Sarmiento
Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.