“No hay un socialista bueno”
- Escrito por Eduardo Montagut
- Publicado en Tribuna Libre
El portavoz en el Senado del Partido Popular, el señor Javier Maroto, afirmó hace unos días ante las elecciones del 28 de mayo, en la Interparlamentaria del PPCyL, celebrada en Palencia, que había que trasladar a la ciudadanía el mensaje de que “no hay socialista bueno”, porque todos los candidatos del PSOE, en el caso de ser elegidos tenían como objetivo claro ayudar a Pedro Sánchez a volver a ser presidente y tener cuatro años más de desgobierno.
Las declaraciones son harto interesantes, de esas que, a este autor tan quisquilloso de los detalles, terminan por fascinar.
Es evidente que un partido político tiene que intentar criticar al adversario ante un proceso electoral y demostrar que sus gestiones, ideas, programas y proyectos no parecen los adecuados para estar en las instituciones, sobre todo, porque los propios serían mejores. Es más, hasta se puede considerar que votar a un alcalde de un partido contrario puede ayudar a consolidar a un presidente del Gobierno de ese mismo partido, aunque esto puede ser cuestionable. Estos no son los problemas. El problema no es criticar ideas, proyectos o gestiones, o a los protagonistas, sino decir que no son buenos, que no hay un solo político del principal partido contra el que nos enfrentamos en las elecciones que sea bueno. Eso es, señor Maroto, un deterioro de la democracia, es la derrota del debate político, de la sana confrontación de ideas y programas, de la contienda en buena lid y deportiva, porque descalifica a las personas. Es un insulto a ciudadanos y ciudadanas como usted que también son políticos legítimos en la defensa de sus ideas. Además, a través de ese insulto usted hace otro más grave porque se transmite a los votantes, porque si un español o española votan a alguno de esos socialistas supuestamente no buenos tampoco lo serían ellos al darles su apoyo electoral.
Y al final, señor Maroto usted lo pone siempre todo muy fácil para criticarle cuando se sale de la educación, el respeto y el buen gusto. Es que es muy fácil. Entre “esos socialistas no buenos” se encuentran los que promovieron un cambio legal en el Código Civil para que usted se casara, aunque su Partido votara que no y lo llevara al Constitucional, eso sí, perdiendo el recurso para bien de los ciudadanos y ciudadanas, entre los que usted mismo se encuentra. Por elegancia, por saber estar en política, critique hasta la saciedad a los socialistas, a sus candidatos, al presidente del Gobierno, al Gobierno mismo, a sus políticas, todo, pero, insisto, sea un caballero en política, y agradecido, porque, aunque los suyos fueron a su boda, nunca habrían aprobado una reforma legal que reconociera su legítimo derecho a casarse, o, ¿le parecería bien que dijéramos que no hay un solo popular bueno porque su Partido votara en contra de la reforma del Código Civil?
Ay, señor Maroto, ay.
Eduardo Montagut
Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica.