28 de octubre de 1982. II
Una tarde Felipe González se enteró, que su amigo Pablo Juliá, vivía en la pensión Vergara, un agujero mohoso del barrio de Santa Cruz y, lo sacó de allí para instalarlo, con Juanito Alarcón (que después sería su chófer) en uno de los pisos que tenía su padre por Sevilla y, reservaba para sus hijos. Sin que se diera cuenta le pagaba parte de la matricula en la facultad (dame mil pesetas – le decía – que voy a arreglar la matrícula de Carmen y de paso pago la tuya y, Pablo no sabía que la matrícula costaba mucho más de mil pesetas, que abonaba Felipe) y le llevaba ropa sin herir su orgullo (este jersey no le gusta a mi cuñado, mira a ver que tal te queda a ti, sería una pena que no se lo pusiera nadie).
- Publicado en Tribuna Libre
- Escrito por Emilio Alonso Sarmiento