Cultura de proximidad
Hace unas semanas escribía sobre lo saludable que sería para los vecinos de pueblos y barrios mantener una estrecha relación con la cultura. La necesidad de que nuestros representantes, las personas que han sido elegidas para gestionar nuestra organización social, que por supuesto no los consideramos como seres superiores, solo que se brindan y comprometen a trabajar por lo público y para los ciudadanos durante un periodo de cuatro años. Sin malicie y sin apenas molicie, con tesón y sin desviaciones, sin engordar arcas ajenas y sin vaciar el arca de lo común. Esos diligentes seres, que no dirigentes; los gestores de lo público, hacen caso omiso a la petición de acciones que conduzcan a la participación en la gestión de lo público a los vecinos. Cuando eso ocurre y los elegidos no se colocan de espaldas al ciudadano, al final lo común toma forma, se integra y expande entre los vecinos. En ocasiones, cuando la ilusión es más fuerte que el freno de los munícipes, se saltan las barreras del tiempo y se concluye dando vida a una idea.
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- Publicado en Tribuna Libre
- Escrito por Emilio Meseguer