Juana Pacheco fue pintora y participó activamente en el taller de su marido: Diego Velázquez
Durante siglos era habitual que los artistas aprendieran el oficio en los talleres de renombrados maestros. La casa familiar se convertía en taller, por lo que los miembros de la familia compartían su vida con ayudantes y aprendices. Dada esa convivencia, no era extraño que los jóvenes se casaran con las hijas de sus maestros. Las mujeres de la casa colaboraban también en el taller, dependiendo de las necesidades que iban surgiendo y de sus cualidades artísticas, pero, sobre todo, debían contar con el permiso previo de su padre o marido para poder realizar su vocación.
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