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Emilio Alonso Sarmiento

Nacido en 1942 en Palma. Licenciado en Historia. Aficionado a la Filosofía y a la Física cuántica. Político, socialista y montañero.

Vikingos. El comercio. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

El comercio de larga distancia, no era ninguna novedad en Escandinavia. En tiempos pasados, las redes comerciales de la Edad del Bronce, habían abarcado toda Europa y, tras una contracción, en los inicios de la Edad del Hierro, la influencia del Imperio Romano, había traído consigo innovación e importaciones al norte. Pero esas conexiones, también se vieron dificultadas, por el declive del Imperio y, su distorsión constituyó una parte importante, de la crisis del periodo de las migraciones y, quizá incluso, fuera una de sus causas. Se sabe desde hace tiempo, que los caudillos anteriores a los vikingos habían conseguido, de algún modo, restaurar e, incluso realinear y ampliar, las conexiones con los territorios de ultramar, pero estudios recientes, han demostrado que estos vínculos, se extendían mucho más allá, de lo que se creía en un primer momento: más allá de lo que hasta no hace mucho, se pensaba que eran los límites del mundo nórdico.

Afganistán. Los hazaras

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La tercera minoría en importancia en Afganistán, son los hazaras, que representan alrededor del 15% de la población, y que se concentran en las provincias centrales, donde constituyen el 80% de sus habitantes. Esta región se denomina Hazarajat, y es un área montañosa dominada por el Koh-i Baba, sierra que se extiende de este a oeste por el centro del país, y que forma parte de la gran cordillera del Hindu Kush.

El Nilo Azul. James Bruce. I

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Incluso un somero vistazo a la vida de James Bruce, basta para poner de relieve, el gran abismo que nos separa de las clases privilegiadas de Inglaterra del siglo XVIII. Su mundo nos parece ahora, tan extinto como el dodó (especie de ave columbiforme), el ancestral escudo de armas y, la heredad vinculada, la educación clásica y, el énfasis en los modales, el mecenazgo y los prejuicios exacerbados. Bruce aborrecía a los católicos romanos, como ciertas personas aborrecen a las serpientes y, aunque no creía realmente, en el derecho divino de los reyes, es bien cierto que era monárquico, hasta la médula.

005 La Antártida. La época heroica (I)

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Los viajeros decimonónicos al Sexto Continente, habían delimitado la superficie que ocupaba, habían navegado sus contornos y, descubierto algunas de sus islas perimetrales, pero nada se había hecho para penetrar, siquiera cien metros en su interior. Medio siglo después de la expedición de James Clark Ross, la tierra antártica continental, virgen de toda huella humana, seguía siendo absolutamente desconocida.

Voltaire. Ferney. II

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Entre los muchos que visitaron Ferney, también se encuentra James Boswell, el futuro biógrafo del doctor Johnson. Al llegar, primero se le dice que Voltaire está enfermo y, que no pude recibirle, por tener que guardar cama. En realidad, Voltaire se levanta hasta siete u ocho veces cada día y, acaba manteniendo brillantes conversaciones, con un Boswell desconcertado, por la vigorosa vitalidad de su anfitrión, así como por el hospitalario ambiente, que reina en el castillo.

Voltaire. Ferney. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Voltaire ya tiene una cierta edad y, ya no le apetece seguir viviendo como un pajarillo de rama en rama y, sin domicilio fijo. Por lo que planea comprar alguna propiedad cómoda y bien emplazada, para fijar su residencia. Se decide a buscar un refugio seguro y tranquilo, cerca de Suiza, por lo que pueda pasar en Francia, donde tiene enemigos poderosos.

El largo verano del 79. II

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Como adelantaba en la primera parte de este escrito, los días del verano del 79, se me hicieron largos y pesados. Me visité todas las agrupaciones de Baleares, teniendo que hacer noche fuera de casa, en las de Menorca, Ibiza y Formentera, a la cual hay que llegar en una barcaza desde Ibiza. Y en las de Mallorca, en las que también los compañeros, siempre tan amables, me invitaban a una opípara cena, después del debate, tenía que coger el coche y conducir a las tantas, ya de noche, por aquellas carreteras sinuosa y tan estrechas de entonces, medio dormido al volante.

El largo verano del 79. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Cuando comienzan los calores anuales, no pudo evitar recordar, aquello meses del verano de 1979. Fueron sin duda, los que con más dureza he trabajado en mi vida, sin un solo día de descanso.

Los godos. La Migración. II

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

En sus escritos, Isidoro de Sevilla contradecía la lista de reyes legendarios y míticos, que presentaba Jordanes para los Amalos (ostrogodos) hasta un número de 17, entre los que incluía a Amal, del que después procedía Ostrogotha, de quien descendía a su vez, el padre del ostrogodo Teodorico.

Los godos. La Migración. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

La fuente más antigua que nos pone en contacto con los godos, es el “Periplo”, que confeccionó en el siglo IV a.C. el griego Piteas, quien situaba a unos “gutones” en el mar del Norte, en las regiones en torno a la costa de Noruega y Suecia, en la isla de Götland. Aunque Heródoto, hablaba ya de unos “getas” ¡! que se creían inmortales, que vivían ya en Tracia, por lo tanto, cerca del mar Negro. Evidentemente, no sabemos cual de los dos orígenes, gutones o getas, pude ser aplicado a los godos.

Moore. La edad había desgastado la pasión

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Creo que el filósofo George Edward Moore, al menos fuera del reino Unido, es poco conocido. Pero a mí me gustas. Y quizá, en estos días de posverdades y populismos, no sería mala idea leer o releer a Moore y, su defensa del “sentido común”.

Camus. No es no

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Cuando abandoné la Facultad de Económicas de la Complutense en 1968, después de cinco años de estancia, salí con la cabeza embotada por dogmatismos, esencialismos, marxismo mal digerido, maoísmo, trotskismo… Un buen amigo, que me conocía bien, me recomendó que me leyera el libro de Albert Camus “L’homme révolté” (“El hombre rebelde”). Nunca se lo agradeceré bastante.

La sexualidad de los vikingos. II

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

De primordial importancia, es el hecho de que los matrimonios de la época vikinga, podía ser poligénicos (práctica de un hombre de contraer matrimonio con más de una esposa). La existencia de esta práctica se ha demostrado polémica, en el ámbito académico, lo cual no deja de ser extraño, dado que las pruebas son evidentes. Esto quizá apunta, a la resistencia de los estereotipos y, sugiere el tipo de época vikinga, que la gente esté dispuesta (o no) a aceptar. Hay referencias a hombres con múltiples esposas, en las crónicas de viajeros árabes, que se toparon en persona con los vikingos en Rusia, durante el siglo X.

La sexualidad de los vikingos. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

El parentesco, la familia, era el pegamento que mantenía unidas las comunidades de la Edad del Hierro. Realidad que se hace especialmente evidente, cuando empieza a disolverse, como sucede durante la crisis del siglo VI y, el periodo subsiguiente. La mayoría de la gente pertenecía a la clase media rural de “boendr” (granjeros), que vivían dentro del entorno protector del “hjón” (la casa). Esta no era siempre independiente y, podía abarcar el concepto de arrendamiento y, la obligación del pago de tasas o impuestos de algún tipo, a un señor. También incluía, la esfera protectora de la familia, que se cobijaba bajo ese techo.

El cromosoma visto por un físico

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

“¿Qué es la vida?”, publicado en 1944 por Erwin Schrödinger, no formaba parte de la teoría sintética de la evolución, pero representó un papel igual de importante, a la hora de hacer avanzar la bilogía.

Aristóteles y Feijóo

(Tiempo de lectura: 1 - 2 minutos)

Platón, a partir de la “República”, había hablado de tres “partes” o “funciones” de la psique, distinguiendo un alma concupiscible, otra irascible y una tercera intelectiva. Pero tal división, nacida fundamentalmente del análisis, de la conducta ética del hombre, e introducida para explicar dicha conducta, tiene poco de común con la división aristotélica que se deriva, a su vez, del análisis general de los seres vivientes y sus funciones y, por tanto, corresponde al terreno biológico y no al psicológico.

“Moriare Encomium”. Elogio de la locura

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

En la época histórica, que hemos convenido denominar “Renacimiento”, se dieron un montón de extraordinarios personajes. No me preguntéis porqué, pero yo he sentido siempre una gran debilidad por cuatro de ellos: Carlos V, Isabel de Portugal (su esposa), Erasmo de Rotterdam y Tomas Moro.

004 la Antártida. El periodo clásico

(Tiempo de lectura: 1 - 2 minutos)

Durante este mismo periodo foquero o lobero, se produjo el primer contacto, con la tierra firme continental, realizado en las costas de la península Antártica, aunque los historiadores no logran ponerse de acuerdo, sobre la primacía del evento. Mientras los norteamericanos dudan, entre Palmer y Davis, los rusos apuestan por Bellingshausen – descubridor de la isla de Alejandro I en 1820 y, los ingleses por el capitán escoces Robert McFarlane, que llegó a dichas costas, a finales de octubre de 1820.

Middletown

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Sinclair Lewis recibió un reconocimiento, quizá más importante que el Pulitzer, cuando una serie de sociólogos, fascinados por el fenómeno de “Babbitt”, a mediados de la década de los veinte, decidieron estudiar por sí mismos, una ciudad no muy extensa de los Estados Unidos.

Conocer el pasado para asumirlo

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Ya escribí algo en su día, sobre el magnífico libro de Geraldine Schwarz “Los amnésicos”. Pero bueno es recordar algunas reflexiones del mismo, en estos días de iconoclastia y reinterpretaciones del pasado sin conocerlo.

Voltaire. La Religión. VII

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Hasta que la idea de considerar, al los grandes Padres de la Iglesia como santos, no ha desparecido de nuestro espíritu, no hemos tenido la libertad de apreciar, los servicios que hicieron como hombres de Estado. Y sólo cuando los hombres, han dejado de disputar si el cristianismo era una “revelación” y, han tenido ojos para ver qué servicios ha hecho como “sistema”. Pero en tiempos de Voltaire, si el cristianismo estaba históricamente justificado, era dogmáticamente creído y, por eso, había de ser históricamente atacado.

Il Duce. II

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Al igual que muchos otros países europeos, Italia salió de la PGM, con unas instituciones políticas profundamente heridas, una economía muy débil, una masa de soldados desmovilizados y en paro y, un pueblo desorientado, por la enormidad de los sacrificios hechos y, las nimias ganancias obtenidas a cambio. Cuando Mussolini celebró, la primera concentración del movimiento fascista, en marzo de 1919, tan sólo se presentaron unos 50 partidarios. Sin embargo, a partir de 1920, comenzó a ganar adhesiones, al defender los avances italianos en los Balcanes, así como la idea, en la que insistió con frecuencia, de que Italia tenía que dominar, tanto el Adriático como el Mediterráneo.

Il Duce. I

(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Benito Mussolini era hijo de una maestra de escuela y, de un herrero sin trabajo fijo, propietario de un bar. El padre de Adolf Hitler, fue un funcionario austriaco de nivel bajo. Desde temprana edad, ambos combinaron su aversión al trabajo duro, con la atracción por las ideas políticas extremistas. Los dos eran solitarios, poco sociables, sin amigos ni sentido del humor. En pocas palabras, personalidades inmaduras e incompletas, personajes fracasados, a los que su astucia y las circunstancias, les llevaron a posiciones de trágica prominencia.

La supuesta fe revolucionaria de la izquierda

(Tiempo de lectura: 2 - 3 minutos)

Desde el mismo momento del comienzo de nuestra guerra, el atractivo del PCE residió en una organización y una disciplina superiores, comparadas con la confusión que reinaba en las filas socialistas, además de la fuerza política que le proporcionaba, el hecho de que la URSS, fuera la única nación que apoyaba y armaba a las fuerzas republicanas.