La democracia es compleja
- Escrito por Ana Noguera Montagud
- Publicado en Opinión
Dijo Alexis de Tocqueville que “es más fácil para el mundo aceptar una simple mentira que una verdad compleja”. Y no pienso solamente en esa posverdad que está configurando nuestra manera de relacionarnos socialmente, provocando una desconfianza permanente hacia lo que dice la ciencia, la política, las instituciones, …. No pienso solamente en las fake news que se reproducen de forma exponencial a través de las redes sociales y que generan discursos falsos, imágenes retocadas que incitan a envidias, noticias alarmantes que no existen.
Estoy pensando en el día a día cotidiano, en las conversaciones en los bares, en las reuniones familiares, en las charlas entre amigos. Pienso en lo fácil que resulta la crítica descarnada, simple, desgarradora y destructiva. Esa crítica está de moda, da puntos, confiere valentía, nos convierte en líderes.
Está de moda decir lo que a uno se le ocurre sin pensar en las palabras apropiadas, sin medir las consecuencias. El insulto, la exageración, lo soez se ha convertido en algo cotidiano, y, junto a ello, esa desconfianza permanente de que todo se hace mal, de que todos son inútiles, de que la gestión (sobre todo la política) es ineficiente e ineficaz.
Parece que cualquiera es capaz de hacer las cosas mejor, pero luego la implicación ciudadana en la participación social, en mejorar su barrio, en trabajar colectivamente está en desuso, no apetece, no sirve, no motiva ni da satisfacción. Y lo que es peor: cuando surgen vecinos que, de forma gratuita y dejándose horas de su vida, llevan la gestión colectiva, bien sea como alcalde o concejal con apenas retribución, o como asociación de vecinos, o como un representante cívico sin percibir nada a cambio, son permanentemente criticados.
Nada está bien. Nos hemos instalado en una amargura permanente, en una negatividad paralizante, en una crítica mordaz y emotiva, en la irracionalidad.
¿Cuáles son los presupuestos de las Democracias Liberales? Fundamentalmente el diálogo y el consenso, la negociación y los acuerdos, la búsqueda del bien común. Seguramente esto último es mucho más complejo de definir, pues cada uno de nosotros tenemos nuestro interés particular y es lo único que hacemos valer por encima del bien del otro o del bien colectivo.
Me sorprende la acidez con la que se critica al presidente Sánchez. Todos los periodos de gobierno son complejos, pero, sin duda, la época que está gestionando este gobierno está siendo especialmente difícil, llena de sobresaltos, desde la pandemia, los desastres naturales, el volcán y la actual invasión a Ucrania. Todo ello tiene consecuencias en pérdidas y costes económicos y sociales. Son momentos en los que todo el país debe colaborar de forma solidaria para poder distribuir ayudas, subvenciones, recursos a quienes más lo necesitan.
Sin embargo, todos exigimos, pero no estamos dispuestos a empujar el carro. Solo reclamamos derechos. pero no estamos dispuestos a cumplir con los deberes sociales. Así, el grito continuo a “No a los impuestos” mientras se exigen que la máquina de hacer dinero funcione sin descanso.
El PP, muy “patriota”, se ha dedicado a desestabilizar el país, a crear cuánta más confrontación mejor, aunque sea removiendo los sentimientos más egoístas e insolidarios de la ciudadanía.
Tampoco ayuda mucho el socio de gobierno, Podemos, que, como es habitual, prefiere quemar las buenas noticias (como los presupuestos generales) con tal de conseguir un rédito electoral. Resulta tan poco inteligente ese lloriqueo permanente para intentar diferenciarse de un gobierno al que pertenecen y del que son miembros. Sería más noble e íntegro que ejercieran la oposición como corresponde. Las diferencias enriquecen, claro que sí, pero hay que saber gestionar el papel que cada uno representa.
Y esta es la segunda cuestión que me asombra por su incomprensión.
Nos llenamos la boca (sobre todo los medios de comunicación) en criticar las peleas políticas, en decir que la democracia requiere consenso y diálogo, pero luego los titulares son siempre las peleas, rencillas, insultos y divisiones.
A mí me maravilla la capacidad del presidente Sánchez y los miembros de su gobierno en coalición por la gestión política.
- Es el primer gobierno de coalición y sigue adelante con el tercer presupuesto ya en marcha. Claro que hay tensiones y negociaciones, ¡eso es democracia!
- El gobierno de Sánchez debe luego buscar apoyos parlamentarios para sacar adelante sus presupuestos, leyes e iniciativas, porque no tiene mayoría para imponerse. ¡Qué fácil es gobernar con mayoría absoluta imponiendo decisiones, sin ningún tipo de negociación ni cesión! Sin embargo, el ejercicio democrático se refuerza y se adquiere con cada negociación.
- Y, pese a esa negatividad tan espesa, este primer gobierno de coalición ha aprobado 155 leyes.
Conclusión: Hay problemas, muchos y reales, pero también hay búsqueda permanente de soluciones. Hay trabajo de gestión en el gobierno, hay trabajo parlamentario, hay negociaciones. También hay insultos, frases grandilocuentes, exageraciones, y mucha simpleza. Mucho discurso fácil y simple que engatusa para no analizar unas democracias plurales y unas sociedades que cada vez son mucho más complejas.
Como bien dice Daniel Innerarity, en su libro Una teoría de la democracia compleja, “la principal amenaza de la democracia no es la violencia ni la corrupción o la ineficiencia sino la simplicidad”. Seamos salvados de los charlatanes que ofrecen recetas milagrosas y sanadoras.
Ana Noguera Montagud
Doctora en Filosofía por la Universidad de Valencia.
Tutora de Sociología en la UNED (Valencia)
Miembro del consejo de redacción de la revista Temas para el Debate, y crítica de libros de la revista Sistema.
Articulista en la revista digital Sistema Digital.
Miembro de las asociaciones literarias Concilyarte y Clave.
Ha codirigido cursos de la UIMP (Valencia)
Miembro de varias ONG Greenpeace, Médicos Sin Fronteras, Cruz Roja, Amnistía Internacional y Fundación Hugo Zárate.
Coordinadora de actos culturales: mesas redondas, presentaciones de libros, encuentros literarios y exposiciones.
Varias publicaciones: artículos de prensa, críticas de libros, artículos de reflexión filosófica, antologías poéticas, novela y ensayo.