Diario de un estoico frente a la pandemia
- Escrito por Gaspar Llamazares Trigo
- Publicado en Opinión
"El año de la pandemia: Del estado de alarma al inicio de la vacunación". Salvador Illa. Me he acercado al libro del ministro Illa con interés y también con un cierto escepticismo. Con el interés de contrastar la experiencia desde la sala de máquinas de la gestión de la crisis, que él dirigió desde dentro, con mis observaciones y valoraciones como exparlamentario, político y ciudadano preocupado por la salud pública, pero desde fuera. También con el natural excepticismo ante un libro sobre un tema sobre el que se ha escrito, en mi caso incluido, de todo y que preveía con lagunas en los temas más conflictivos o en un tono autocomplaciente, al ser de un político en activo que por su propio interés no debe ofrecer flancos al adversario, y menos en un campo de agramante como el de Cataluña.
Sin embargo, he de decir que no solo la lectura me ha resultado mucho más agradable y más interesante de lo inicialmente esperado, sino que me ha sorprendido sobre todo por su sinceridad, a veces incluso por su carácter íntimo ya que, junto a lo central del proceso complejo de la toma de decisiones, no se oculta lo personal ni lo puramente emocional. De hecho, y a pesar de que sufro una cierta aprensión por la saturación de opiniones en su mayoría muy polarizadas entre la primacía de la salud y de la economía, y de libros, en su mayoría técnicos, de virólogos, inmunólogos y epidemiólogos sobre ésta y sobre otras pandemias, el libro del ministro Illa ha captado toda mi atención de principio a fin y lo he leído de un tirón.
Quizá porque es sobre todo un diario personal, eso sí con la humildad de quién se considera un hombre de partido y un servidor público, y al tiempo una reivindicación del trabajo colectivo de un equipo en precario, como el del ministerio de sanidad. Un diario en el que la gestión política se basó cada día en los datos y las recomendaciones de los técnicos, pero también en la permanente búsqueda de acuerdos en un marco global y en un sistema sanitario descentralizado frente a una pandemia de una magnitud y virulencia desconocida, que nos ha desbordado y de la que ha habido que aprender cada día con un trabajo extenuante y nada reconocido.
Sin embargo, al consenso técnico, político y de gestión se ha impuesto a nivel público el griterío de la polarización maniquea entre negacionistas de la pandemia, los partidarios del máximo rigor o del cero covid y los oportunistas del cuanto peor mejor.
Un relato trepidante, y a veces angustioso, como lo ha sido la evolución de una pandemia que va de la sorpresa inicial a la primera ola, la desescalada y luego a la segunda y tercera olas y finalmente a la vacunación sin solución de continuidad, pero en el que llama la atención que en ningún momento el autor acuda al inútil y manido recurso de la herencia recibida en cuanto a los recortes sanitarios, el bloqueo a la ley de salud pública o la extrema debilidad del aparato técnico y político del ministerio de sanidad que se pone a su disposición.
Tampoco hay una sola crítica a otros organismos o instituciones, algo siempre socorrido para desviar la atención o diluir responsabilidades. Así, nadie encontrará en este libro críticas a la OMS por su tardanza en la declaración de pandemia ni a la resistencia de China o de Italia a la suspensión de los vuelos en un primer momento de la pandemia, ni a Alemania con el acaparamiento inicial de las mascarillas y las epis, ni a la gestión sanitaria o de las residencias de ancianos de una u otra comunidad autónoma en concreto.
La única excepción es la explicación de las razones, en su opinión ineludibles, que le llevaron a aprobar el segundo estado de alarma ante el rechazo político y jurídico de las medidas restrictivas de la movilidad en la Comunidad de Madrid.
Un libro que contiene informaciones de sumo interés en que por ejemplo se desvelan los comités que servían de base técnica a las decisiones políticas además del CCAES, como el comité técnico para la covid19, el comité para la desescalada o el grupo de trabajo para la estrategia de vacunación entre otros, comités y expertos que tanto dieron tanto que hablar en su momento en los medios de comunicación.
El libro es sobre todo un canto por parte de un ministro de fuera del sistema sanitario al carácter vocacional de los profesionales del sistema sanitario y de salud pública, y también a la responsabilidad de la ciudadanía para doblegar la pandemia.
Todo ello y en todo momento con una mirada amable sobre los propios, pero también sobre los ajenos. Sobre estos últimos, es cierto que como parte de una estrategia política y así lo reconoce, por ejemplo ante las críticas e invectivas de los grupos políticos en las comparecencias parlamentarias o en las relaciones, en algún caso difíciles, con los consejeros de sanidad de las Comunidades Autónomas; pero en general sobre los muchos que menciona, porque en realidad ese es su carácter. Tan solo en dos ocasiones manifiesta en el libro que llegó a enfadarse con alguno en concreto, en contraste con las ocasiones en que reconoce se emocionó.
Al final, el azar y la necesidad de un hombre discreto que acepta el encargo del presidente con el argumento de su carácter dialogante, que luego sería de trascendental importancia para la gestión de la pandemia, como también para la candidatura del PSC a las elecciones catalanas. En definitiva, con la misma disciplina y con la misma seriedad que se entra se sale y no es necesario que te eche una crisis sanitaria.
El diario de un político estoico, serio y humilde sobre una gestión, en sus propias palabras, sobre todo decente.
En todo el sentido de la palabra un estoico que muestra fortaleza y dominio sobre sí mismo, especialmente ante las desgracias y dificultades.
Gaspar Llamazares Trigo
Médico de formación, fue Coordinador General de Izquierda Unida hasta 2008, diputado por Asturias y Madrid en las Cortes Generales de 2000 a 2015.