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Apagar las voces


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En un País democrático como el nuestro, nunca nadie puede apagar las voces de la injusticia, por muy tirano que sea. No podemos ni debemos tapar la desigualdad con discursos retóricos, falsas promesas, sino que la única manera de hacerle frente es con realidades legislativas que tengan traducciones sociales y consignaciones en los Presupuestos Generales del Estado y sus correspondientes publicaciones en el BOE, tal como viene haciendo este Gobierno de coalición progresista PSOE y UNIDAS PODEMOS, presidido por Pedro Sánchez.

Y todos los avances logrados por el actual Gobierno se han conseguido con una firme apuesta por el progreso, y salvando mil y una dificultades, como son una pandemia, la erupción volcánica de Cumbre Vieja en la isla de la Palma, la crisis de refugiados de Afganistán y ahora, la guerra provocada por Vladimir Putin en Ucrania y sus consecuencias económicas y energéticas en Europa y por supuesto en España. Lo curioso es que a los dos meses de este Gobierno, el PP dijo que tenía los días contados. ¡Qué Santa Lucia les conserve la vista¡ Eran los tiempos del defenestrado Casado, pero no crean que las cosas han cambiado mucho con el señor Feijóo , salvo en las formas.

Además hemos tenido que soportar y el Gobierno hacer frente, a la situación que estamos padeciendo la poca sensibilidad de algunos jerarcas de las grandes compañías eléctricas, que están acostumbrados a tener grandes dividendos de ganancias a costas de las espaldas de los consumidores y usuarios.

Así el Presidente de Iberdrola don Ignacio Sánchez Galán se nos cachondeó en nuestras narices llamándonos “tontos” a los consumidores que estamos acogidos a la tarifa de la luz regulada por el Gobierno.. Se burló usted y se mofó de los 10 millones de hogares que sufrimos en nuestra factura de los récords que pagamos tres veces más por la electricidad de lo que le cuesta a la compañía que usted preside.

Si era una gracieta, resultó una broma de muy mal gusto que demostró una falta de empatía y una gran ligereza. Casi 30 horas después y a través de la cuenta de twuiter de la compañía pidió disculpas. Bien podía haberlo hecho inmediatamente y sobre todo haber sido valiente y haber dado la cara ante todos los ciudadanos.

Podríamos continuar añadiendo las diferentes crisis desestabilizadoras que en distintos momentos han querido provocar algunos actores políticos, como el independentismo catalán en la pugna que entre ellos mantienen o la derecha y la ultraderecha tirándose al monte con un discurso populista y radical.

Parece que con los últimos casos de espionaje, algunos continúan erre que erre, queriendo que los Secretos ni sean tales ni por supuesto oficiales, mientras que otros como es el caso del principal partido de la oposición tiene algunos reflejos de recuperación de sensatez, toda vez que ellos saben lo que es gobernar y que si ayer les tocó, mañana les puede volver a ocurrir, y con esas cosas no se puede frivolizar y hay que colocar los intereses generales de España por encima de los particulares, electorales o partidarios.

El CNI a través de su directora, Paz Esteban, en la comparecencia ante la Comisión de Secretos Oficiales admite que, con la correspondiente autorización judicial, por tanto, dentro de la más estricta legalidad, se espiaron a 18 lideres catalanes relacionados con el independentismo. Y habrá que averiguar lo que ha ocurrido con la afectación a los teléfonos del presidente del Gobierno o la ministra de Defensa o cualquier otro que pudiera detectarse en los próximos días tras el examen de los móviles por Centro Criptológico Nacional.. El CNI es un servicio secreto, pero que como en cualquier otro país democrático está sometido a controles.

Hemos de convertir a España, en un territorio de innovación y modernidad dentro de la Unión Europea, por lo que no podemos permanecer quietos y en silencio ante una sociedad digital que ya no es futuro sino presente, ni tampoco querer ignorar el cambio climático sin tomar medidas que nos demuestren que todavía estamos a tiempo, para salvar nuestro Planeta y convencernos que nuestra supervivencia aquí es posible.

Ha sido coherente y valiente este Gobierno subiendo el Salario Mínimo Interprofesional, o la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital para prevenir el riesgo de pobreza y la exclusión social, pero tal vez lo más importante a la hora de afrontar la batalla política y cultural en torno al trabajo.

La Nueva Reforma Laboral, un texto pactado con los agentes sociales y económicos, contiene avances muy importantes y significativos para los trabajadores respecto a la norma anterior aprobada por el PP en 2012. Fueron mucho meses de negociaciones entre la patronal, los sindicatos y el Gobierno, pero los resultados creo que han merecido la pena.

Nadie puede negar que es un paso histórico e importante en la lucha contra la temporalidad, redefiniendo los tipos de contratos y limitando el temporal. Otro de los aspectos novedosos que está favoreciendo a los trabajadores, son la mejora salarial y la recuperación de los mecanismos de negociación con los empresarios.

Creo que esta nueva reforma está cumpliendo el espíritu con el que nació de restablecer el equilibrio perdido entre los empresarios y los trabajadores, y por tanto la recuperación y el fortalecimiento de la negociación colectiva, el empleo estable y poner fin a la dualidad y segmentación del trabajo.

Sin ir más lejos los últimos datos del mes de abril nos demuestran que hemos alcanzado el récord de contratos indefinidos que tiran del empleo. hemos llegado a los 20 millones de cotizantes con 700.000 nuevos fijos, la cifra más alta de la serie histórica.

Desde ópticas progresistas debemos continuar haciendo oir nuestras voces para continuar lograr un sistema fiscal progresivo y dirigido fundamentalmente a la inclusión social, reafirmando el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con la redistribución de la renta y el despliegue de políticas sociales centradas en dos grandes principios, la igualdad y la universalidad.

No podemos ni debemos permanecer en silencio, sin gritar fuerte contra cualquier agresión o violencia de género, y tenemos la obligación y el compromiso de luchar activamente desde el conjunto de la sociedad, teniendo la igualdad como horizonte y el feminismo como camino.

Es inútil intentar apagar las voces y conformarnos con lo logrado ,que es importante, pero nunca será suficiente, cuando estamos aún tan lejos de la igualdad real y efectiva en todos los ordenes de la vida o cuando comprobamos que la discriminación con las mujeres aún continúa.

Todavía hay demasiadas gentes sin tener una vivienda digna y por tanto una vida plena y un lugar donde poder vivir. Aunque todavía son muchas personas las “sin techo”, “sin vivienda” con “vivienda insegura” y “vivienda inadecuada”, cuatro categorías que son bastante invisibles para las estadísticas inmobiliarias y en las que nos movemos con aproximaciones.

Hay que desterrar el temor a ser desahuciado, y debemos blindar uno de los derechos fundamentales e imprescindibles de los ciudadanos y ciudadanas, por eso cuando no es posible ejercerlo, al igual que el de nuestra educación o salud, o las atenciones que contemplan la Ley de Dependencia, hemos de hacer oír nuestras voces.

Todos cumplimos años y nos hacemos mayores , pero no deben volvernos invisibles, y tenemos derecho a continuar siendo útiles a la comunidad, y envejecer no debería suponer estar inactivos, ser improductivos a la sociedad, quedarnos en un banco esperando a morirnos. Nuestras voces deben ser oídas porque tienen muchas cosas que aportar y porque tenemos derecho a participar en todos los ámbitos sociales, culturales, económicos y políticos.

Al igual que la gente mayor no debe sentirse sola, nosotros como País no estamos aislados en el mundo, y es importante que nuestra voz se oiga en Europa y en todo el ámbito internacional, y puesto que estamos en una nueva etapa de nuestra historia, hemos de aportar ideas y argumentos para lograr con solidar y avanzar en nuevos derechos y libertades.

Resulta inútil dudar que lo más importante, es lo que sentimos más cerca de nosotros, de nuestras demandas y de nuestras aspiraciones diarias, que construirá ciudades y pueblos en los que nos sintamos y seamos protagonistas de los cambios sociales.

Todavía , sin revanchas ni venganzas, queda una asignatura en la que hemos de escuchar con atención y respeto las voces de nuestra historia, para que se cumplan los principios de verdad, justicia y reparación de las victimas del franquismo y la garantía de no repetición, lo que es fundamental para que pueda existir una verdadera cultura democrática que nos ayude a superar el daño causado, porque “sin memoria no tendremos futuro”.