Europa espabila gracias a Vladimir Putin
- Escrito por Joaquim Pisa
- Publicado en Opinión
Josep Borrell dijo cosas muy importantes en el Parlamento europeo el martes, 1 de marzo. Dijo que no vamos a cambiar decencia por gas ni a permitir agresiones imperialistas a cambio de estabilidad energética. Dijo que hay que prepararse para ser independientes de todo eso, pero dijo algo mucho más importante: que ha llegado la hora de que Europa tome su defensa en sus propias manos. Es llegado el momento de que Europa mutualice su defensa, como ha mutualizado la lucha contra la pandemia de covid y la recuperación económica tras esa crisis sociosanitaria.
Tras la Segunda Guerra Mundial y durante décadas, los EEUU se instalaron en Europa Occidental como en un territorio ocupado. Más tarde, la pereza y el angelismo llevaron a alquilarles a los yanquis la defensa europea: nadie, ningún Gobierno del Viejo Continente, fuera de derechas o de izquierdas, quería ser tildado de militarista y asumir las consecuencias ante sus respectivas opiniones públicas. Todos preferían pagar porque los marines, bajo el disfraz "atlantista" de la OTAN, se hicieran cargo de nuestra defensa frente al otro imperio, el soviético. Tras la caída del Muro de Berlín y el hundimiento de la URSS, a los EEUU dejó de interesarles Europa y su centro de atención se ha desplazado al área Asia-Pacífico, donde su enemigo (que no el nuestro) es China. Los marines se van: buen viaje.
Así que la OTAN ya no es lo que fue: un puro instrumento de la política imperial USA. Quienes siguen sosteniendo eso solo merecen ser calificados como pacifistas angélicos o tontos útiles del Kremlin (luego están los individuos y los partidos generosamente subvencionados por el régimen de Putin, desde la extrema derecha más rancia a los "anticapitalistas" más aparentemente enragés). Hoy, la OTAN es una alianza político-militar en resiliencia, con un pilar europeo al que la guerra de Ucrania está dotando de mayor conciencia de sí mismo; si los americanos quieren disolver la OTAN (ya lo intentó Trump), perfecto: pero eso significa que Europa tendrá que mutualizar su defensa, apechugar de una vez por todas con nuestra propia responsabilidad.
Dijo Borrell algo definitivo sobre este asunto: que habrá que rascarse el bolsillo para contribuir a esa defensa europea, lo que en ningún caso pasa por "engrandecer" los presupuestos militares de los ejércitos "nacionales" europeos; eso solo serviría para enriquecer a generales y traficantes de armas, añado yo. No quiero un ejército español más fuerte y que consuma más recursos: quiero un ejército europeo que nos defienda eficazmente a todos. La apuesta debe ser contribuir a crear una defensa colectiva mutualizada europea a la que no le tosa ni Dios ni, desde luego, basuras como Putin.
Si no somos capaces de lograrlo, solo nos cabrá esperar la próxima invasión y rezar porque no nos toque directamente a nosotros.
Joaquim Pisa
Escritor. Ha publicado varios libros sobre literatura de viajes, investigación en historia local y memoria colectiva contemporánea. Algunos de sus títulos son “Un castillo en la niebla. Tras las huellas del deportado Mariano Carilla Albalá” (sobre la deportación de republicanos españoles a los campos de exterminio nazis), “Las cenizas del sueño eterno. Lanaja, 1936-1948. Guerra, postguerra y represión franquista en el Aragón rural” (sobre la represión franquista), y la novela “El cierzo y las luces” (sobre la Ilustración y el siglo XVIII).
En 2022 ha publicado “Una quimera burguesa. De la nación fabulada al Estado imposible” (una aproximación crítica al independentismo catalán).
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