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Adiós, Podemos


(Tiempo de lectura: 2 - 4 minutos)

Al Titanic político de hojalata que fletó en su día el círculo de amigos íntimos de Pablo iglesias Turrión, el agua le llega ya a la altura de las chimeneas.

El esperpento de la negociación con Sumar constituye el tiro de gracia que pone fin a la trayectoria, corta y nada gloriosa, de un partido que llegó abominando de la "casta de los políticos profesionales" y que está ahora al borde de la extinción, embarcado en una lucha desesperada por salvar unos cuantos escaños para el "núcleo duro" de su dirección, es decir para el entorno inmediato de Iglesias Turrión. Pues si esto era la "nueva política" que viva el bipartidismo, oigan.

Podemos cimentó y justificó su existencia en el secuestro y explotación partidista del 15-M, una movilización de características libertarias (en el más amplio sentido de la palabra), usada a posteriori por los podemitas como referente legitimador de su desembarco en la política española. Llegaron anatematizando la vieja y tozuda división entre derecha e izquierda. Cuestionaban la división de los proyectos políticos en función de las clases sociales a las que se dirigen. Para Podemos, la divisoria pasaba entre "los de arriba y los de abajo", entre "las élites y la gente". Ellos en solitario representaban a "la gente", claro.

Lo más curioso es que este planteamiento lo hacían personas iniciadas políticamente en las Juventudes Comunistas (alguno en Ciudadanos, caso de Pablo Echenique). En la manera de ser y estar de la mayoría de dirigentes de Podemos no es difícil descubrir los tics del marxismo-leninismo de catecismo más rancio, pasado por el pasapuré de la postmodernidad digitalizada y bien sazonado con verdaderas sobredosis de insolencia y narcisismo pueriles.

Naturalmente, el electorado no terminó de digerir que en "la casta" según Podemos convivieran alegremente Mario Conde o Rodrigo Rato con los militantes del PSOE, por poner solo un ejemplo. Era un "análisis" groseramente torticero, y ciertamente innovador, aunque no tanto, pues bebía directamente en las fuentes de la "teoría de las dos orillas", creada por el antiguo Califa de la Verdadera Izquierda, Julio Anguita, y sus disparates "teóricos" de los años noventa, cuando colaboró activamente en la llegada del PP al a poder. Y es que todo el mundo tiene un pasado.

Los electores de izquierdas tampoco acabaron de entender nunca que un día los socialistas fueran una horda de bárbaros que "enterraban a sus opositores políticos en cal viva" (Pablo iglesias Turrión, diario de Sesiones del Congreso de los Diputados), y al siguiente Podemos formara un Gobierno de coalición, con abrazos entre líderes incluidos, precisamente con el partido entregado a prácticas tan macabras.

Y en fin, nadie, ni siquiera el podemita más talibán, llegó a entender nunca que el señor Iglesias Turrión y la señora Irene Montero cambiaran Vallecas por Galapagar cuando todavía eran simples diputados, metiéndose en un chalet valorado en un millón de euros con una hipoteca superior a los cuatrocientos mil. ¿En qué condiciones prestó el dinero uno de esos odiados bancos explotadores a quien era el gran fustigador de la casta bancaria?

La justificación que dio Iglesias Turrión de esa operación demuestra a las claras el grado de degradación ética alcanzado por el personaje, al sostener en público que sus hijos necesitaban un sitio mejor para crecer. En Vallecas y en otros barrios obreros tomaron nota, evidentemente.

Quedaba claro que, en realidad, los dirigentes de Podemos eran capaces de cualquier cosa con tal de pillar cachos de poder y de otras cosas. Mientras, el Amado Líder de la Izquierda a la Izquierda de la Izquierda repetía el mantra de su adorado Julio Anguita: programa, programa, programa. El contraste entre discurso y praxis no podía ser más brutal.

En consecuencia, el declive podemita ha sido imparable. Ahora, intentan no ya salvar el partido sino salvarse a sí mismos, conservar su medio de vida. Parece que el derrumbe les ha pillado por sorpresa, cuando hasta un ciego podía ver las grietas desde hace años: tanto politólogo junto, y no fueron capaces de prever y mucho menos de analizar el desastre que se han infligido a ellos mismos.

En estos días la dirección de Podemos anda mendigando a Sumar "puestos seguros", para que las Irene Montero, Belarra, Verstrynge y compañía, junto con el "científico" Echenique y el ahora "comunicólogo" Iglesias Turrión, sigan cobrando un sueldo de todos nosotros.

Pero la venganza es un plato que se come frío, y los Errejón, Baldoví etc, incluida la propia Yolanda Díaz, no van a dejar pasar esta ocasión de ajustar cuentas y enterrar a Podemos, no sé si en cal viva políticamente hablando, pero sí lo más hondo posible. Ya ven que a Irene Montero se le está poniendo por momentos cara de Inés Arrimadas.

Adiós pues a Podemos y a la "nueva política".

 

Escritor. Ha publicado varios libros sobre literatura de viajes, investigación en historia local y memoria colectiva contemporánea. Algunos de sus títulos son “Un castillo en la niebla. Tras las huellas del deportado Mariano Carilla Albalá” (sobre la deportación de republicanos españoles a los campos de exterminio nazis), “Las cenizas del sueño eterno. Lanaja, 1936-1948. Guerra, postguerra y represión franquista en el Aragón rural” (sobre la represión franquista), y la novela “El cierzo y las luces” (sobre la Ilustración y el siglo XVIII).

En 2022 ha publicado “Una quimera burguesa. De la nación fabulada al Estado imposible” (una aproximación crítica al independentismo catalán).