Díaz Ayuso y la “soltería irresponsable”
- Escrito por Antonio Campuzano
- Publicado en Opinión
La buena/mala relación entre Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo pasa por el escrutinio de analistas de diverso tamiz y posicionamiento. Denegada la cercanía amistosa entre ambos pese a todos lo esfuerzos por simular identidad estratégica, los pasos de aquí a la cita electoral de mayo, con comicios municipales y autonómicos, van a ser interpretados con especial sentido de significación de futuro.
La agenda de la presidenta de la comunidad de Madrid tiene un desempeño enteramente personal con un desparpajo ajeno a los planes de la calle Génova. Si se programa presentación de una obra de Esteban González Pons con toda la atención mediática del PP nacional, la ausencia de Ayuso se amplifica de tal modo que los contenidos del libro quedan opacados por la antagonista del mismo partido.
Todo lo relacionado con las listas electorales de la capital del Estado y, por supuesto, las presentadas a la Comunidad de Madrid, conservan el inconfundible matiz de la factoría Ayuso, donde el poder omnímodo en su favor se pactó en la solución a la crisis del episodio Casado. Entonces se catapultó a la inquilina de la Puerta del Sol como referencia ineludible en todo cuanto suceda de aquí al mes primaveral de mayo en el Partido Popular respecto de las cotizadas plazas de Madrid ciudad y Madrid espacio autonómico.
Desde entonces el rabillo del ojo del presidente Feijóo se encuentra en constante actividad atento a cuanto pueda proporcionarle disgustos, contratiempos y asechanzas, hasta el punto de tenerse a Feijóo como sólido estudioso del concepto “fuego amigo”, del que está acreditando un dominio indiscutible. Díaz Ayuso es sabedora que en su responsabilidad se halla la necesidad de conservar ambas plazas de Madrid, capital y comunidad, para lo que ella misma ha de mantenerse intratable frente a los posibles pactos de la izquierda.
Ella viene de un triunfo que se presentó como histórico para dinamitar a Ciudadanos y la comparecencia ejemplar pero insuficiente de Pablo Iglesias, quien se retiró a sus cuarteles de ocio ahora abandonados para el consejo y la vigencia de espacio político. Cosa distinta es el ayuntamiento de la capital, donde la permanencia como candidato de Almeida solo cuenta con la voluntad del propio Almeida, aún por confirmar oficialmente. Las dudas sobre la relación satisfactoriamente leal entre Ayuso y Almeida mantienen una recurrencia tan viva como tóxica para la convivencia entre la Puerta del Sol y Cibeles.
Solamente la seguridad de la permanencia en las manos del PP de las dos plazas de Madrid podría asegurar la disponibilidad de Ayuso como recambio de Feijóo, de producirse un descalabro del gallego en noviembre, mes de las elecciones generales. Las maniobras tendentes a crear expectación en el Partido Popular de cara a mayo y noviembre, en acción combinada del equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, pueden llegar a producir tal grado de sinsabor entre ambas posiciones, dirección nacional y madrileña, que podrían allanar el camino del cansancio entre el electorado conservador, capaz de detectar contradicciones incapacitantes para el abuso de la posición política de Díaz Ayuso.
Su operatividad y proyección agresivas contra Pablo Casado y su acción de influencia negativa a propósito de la crisis de la renovación del Consejo General del Poder Judicial promueven en torno a su figura un halo de manipulación tan regresiva y tan lesiva para la comprensión de la actividad pública que se abren todos los riesgos para los intereses del principal partido de la oposición. El tono empleado por Ayuso contra el gobierno de coalición compite en tremendismo con Vox y puede ser agradecido por la clientela del PP, pero las maniobras contra la dirección de la formación con alusiones a las grandes palabras encabezadas por la libertad podrían generar un estado de confusión entre las mismas huestes de las mismas siglas.
“Todas las teorías de la libertad, desde Gide a Sartre, no son sino inmoralidades concebidas por solteros irresponsables”, son palabras del díscolo Michel Houellebecq, en “El mapa y el territorio”. Díaz Ayuso parece que sigue siendo soltera.
Antonio Campuzano
Periodista (Ciencias de la Información, Univ. Complutense de Madrid), colaborador en distintas cabeceras (Diario 16, El País, Época, El Independiente, Diario de Alcalá), miembro del Patronato de la Fundación Diario Madrid.