De visita en los Depot Vente de Francia: Orleans, Nantes y Angers ciudades sin igual
- Escrito por Rosa Amor del Olmo
- Publicado en Obreros por el mundo
Los españoles hemos tenido el enorme problema histórica y sociológicamente hablando de ser reacios a comprar objetos de segunda mano. Probablemente el mercado de los coches sea el que más predicamento ha tenido, pero con todo, parece como una deshonra comprar algo que no sea completamente nuevo. Atavismos culturales y nada más. Hemos tenido una mentalidad excesivamente capitalista y además hemos entendido muy mal ese capitalismo porque incluso en los países que gozan de nivel económico aprovechan las cosas y las revenden. En España todo se tira.
Cuando vivía en Osaka una vez al mes los japoneses sacaban sus cosas a la calle y eran precisamente los "extranjeros" quienes recogían todo ese material que generalmente estaba prácticamente nuevo y se lo llevaba para ser reutilizado. Hay que decir al respecto que -al menos lo que yo pude ver- los japoneses al no poder invertir en propiedades inmobiliarias, gastaban en pequeñas cosas y en dos meses las tiraban, pues eso, una batidora, un carrito infantil, un sillón, una tostadora, un televisor...encima son el país de la tecnología...inversión en objetos, en flamenco, en ocio, en aprender idiomas... y viajes ¡qué sino podían hacer! Esta costumbre -la de sacar los objetos a la rue, también la tienen los holandeses, lo sé de buena tinta y los alemanes reciclan y se buscan la vida igualmente...toda Europa aprovecha las cosas, todos menos los españoles que posiblemente y después del batacazo bestial, después de la gran bofetada a la chulería económica de estos últimos años y a la torera especulación, parece que se les han bajado los humos, me alegro. Con todo, no tienen la costumbre de cambiar sus muebles por otros en la tienda del Depot Vente, ni de comprar en Anticuarios ¿por qué? de todas formas las pocas tiendas que hay de estas cosas son carísimas. En un depósito de venta y tal y como la palabra indica, dejas el objeto (ropa, electrodomésticos, cosas de niños, vajilla, bicicleta, coche...) en depósito hasta que se vende, los de la tienda tienen un porcentaje, en algunas en otras ni eso...y listo. Los franceses viven mucho de este trajín, por tanto hay muchas tiendas que se dedican a estos asuntos y venden desde antigüedades hasta objetos muy modernos. En España han surgido muy recientemente, animados por la inmigración.
Estos objetos toda la vida los hemos llamado familiarmente de "segunda zarpa" como todo lo proveniente de segunda mano, pero bueno ahora se llaman de "ocasión"´. En Francia estos establecimientos tienen su propio nombre: Depot Vente, y puedes encontrar cualquier cosa, pero cualquier cosa, la otra modalidad son los Brocantes o Anticuarios mucho más asequibles de precio que en nuestro país porque es otro mundo y cada pueblo tiene uno o dos, generalmente los objetos que pertenecen al Brocante pertenecen al dueño, es decir que es él el que los ha adquirido a diferencia del Depot que el dueño solo pone la tienda y el trajín, claro. Para mi, tanto unos como otros, constituyen un auténtico lugar de Historia de la Humanidad. Es costumbre por Europa igualmente vaciar el granero "Vide Grainier" es decir que de todo aquello que te quieres deshacer te deshaces y otros vienen a comprarlo a muy bajo precio. Es el caso de que te quieras mudar por ejemplo de casa o simplemente te quieres deshacer de objetos innecesarios, los vecinos de los alrededores vendrán a liberarte y contentos se irán a su casa al llevarse cosas por las que no merece la pena pagarlas nuevas.
Hoy es de esos días que me he dicho a mí misma ¿por qué no te vas a mirar a una de esas tiendas que tanto te gustan? Total por mirar no se pierde nada y aunque caigas en la tentación la cosa no pasará de veinte, treinta o cuarenta euros, en general, los precios están tirados y puedes arrasar llevándote de todo. ¿Qué mal hay? Evidentemente no es lo mismo que cuando vas a comprar por ejemplo cremas donde el timo está asegurado, el engaño también y el resultado ya sabemos que será nulo: nadie mejora su belleza con las cremas, seguimos envejeciendo igual solo que con más ruina.
Entré en la tienda y al tiempo comenzó a sonar un música discotequera de esas que hace la toña de tiempo que no escuchas y que tiene mucho ritmo. ¡jo cuánto hace que no voy a una discoteca, lo menos, lo menos, 20 años! (pienso para mi fuero interno) Voy a la zona de ordenadores, delante de ellos comienzo a mover un pie de derecha a izquierda, pin, pan, pin, pan, luego el otro, lo mismo, pin, pan, pin, pan...ahora la mano que cogida al asa del bolso comienza a mover los deditos al frenético rítmo de la música, pimba, pimba, pimba...Marchoncio total, ahora la cabeza tunga, tunga, tunga...voy caminando hacia la zona de vídeos...me doy cuenta de que el establecimiento está regentado por jóvenes apuestos que esbozan una sonrisilla, bueno, creo que nadie me ve y sigo feliz por los pasillos mirando y mirando. Sigo por los pasillos buscando nada, en realidad pero alegre.
Vas sola pero el que pone la música en la tienda ha entendido que te gusta el ritmillo, que lo necesitas incluso y pone otra canción que también mola y sigues, riki, riki, riki, cha, cha,cha...y así, con la rodilla el bolso, la cabeza...al tiempo que miras cosas absurdas. ¿Qué descubres? pues que prácticamente te quedaste en La casa de la pradera, que con tanto niño y tanto libro no vas al cine, ni a nada, porque además tienes el problema de lo de la sensibilidad, ¿y qué es eso? pues que todo te influye y es poco el cine que puedes ver y soportar sin que te haga polvo el coco y que luego puedas dormir correctamente. Siempre hay un libro que reseñar, un trabajo de un estudiante que corregir, un libro que leer o un documental que ver, con lo cual no veo cine.
De repente en una estantería unas cajas de videos ¡Oh, qué bien la colección completa de Starsky y Huck! hija mia (voz interior) si tiene más años que Matusalén...ya, pero me entretiene...¡anda el pringao de Mac Giver! (peor todavía) la oferta era que si te llevas siete peliculas que marcan 3 euros te rebajan un setenta por ciento...Bueno, me lo pienso y vengo el próximo día. (¡qué tía más cutre!). ¿En serio? Pero si no tengo donde poner las películas, siquiera.
He venido a comprar un regalo especial para una persona especial: encuentro un abrecartas que perteneció a un aristócrata, unas lentes del 1768 que fueron de un músico, una partitura del 1600, un mechero de la guerra de un americano, lo bueno es que todo ha sido de alguien...Miro extasiada a uno de los vendedores que se queda extrañado pero como acabo de decir, yo estoy en mi éxtasis, es decir, que lo de menos es el muchacho que no me interesa lo más mínimo y que a lo mejor le he dado otra sensación...tanto peor, ya ves tú, el interés que me dan a mi estos asuntos, menos en un día que he terminado de alumnos hasta la boina. La cosa es que mi baile ahora ya es frenético, abierto y pasota, osea que me pongo a bailar directamente y sin cortarme pensando que nadie me ve y feliz, muy feliz porque las cosas que más felicidad procuran al ser humano son las que hacemos de forma inesperada, sin preparación ninguna y en el momento más impreciso. Chiki, chiki, bum, bum, ratatata, pin, pin...Sigo y sigo por la tienda en la que hay de todo y ¡albricias! encuentro además del regalo especial para persona especial (este no lo puedo revelar) un secador de pelo profesional con todos los accesorios casi nuevo (de segunda zarpa) al lado de varios aspiradores, congeladores industriales, chimeneas...todo a buen precio...por 14 euros. Lo de los accesorios veo que me pone, porque son útiles, y el precio encuentro que también es útil y a mí que más me da si es nuevo o no, tiene su caja y todo y un año de garantía...pues nada arramplo con él, esta vez, con baile frenético.
Llego a la caja, con el secador y el regalo especial, feliz y etérea. Observo que tienen cámaras por todo el establecimiento, lo que quiere decir que me han visto todo el equipo de vendedores bailotear por su tienda, lo que me da igual porque a estas alturas de la vida poco me importa, mientras lo que uno haga no sea nada indigno. Pago el regalo y mi secador y el joven me dice: Madame, etes-vous très content aujour'hui? A lo que le respondí, que sí, que sí, que sí, que estoy muy contenta (con poco me conformo dicho sea de paso) y que lo paso muy bien en su tienda... y que eso sí, no dejen por favor de poner buena música y que sea bailable.
Rosa Amor del Olmo
Doctora en filosofía y letras, Máster en Profesorado secundaria, Máster ELE, Doctorando en Ciencias de la Religión, Grado en Psicología, Máster en Neurociencia. Es autora de numerosos artículos para diferentes medios con más de cincuenta publicaciones sobre Galdós y trece poemarios. Es profesora en varias universidades y participa en cursos, debates y conferencias.