Dacia Maraini: “También los hombres son prisioneros de un rol que condiciona la vida”
- Escrito por Carmen Sigüenza
- Publicado en La Zurda
La escritora italiana Dacia Maraini es una de las voces más comprometidas de las letras. Gran defensora de los derechos civiles y en especial de las mujeres se muestra convencida de que el feminismo “es algo que se hace entre todos, que nos concierne a todos, también a los hombres, que son prisioneros de un rol, de convenciones que condicionan la vida”.
Todo un referente de la cultura europea, a sus 84 años Maraini participó en Madrid en el reciente Encuentro Internacional Feminista organizado por el Ministerio de Igualdad donde habló con Efeminista de su vida, su novela autobiógraficia y el del femininismo.
Maraini es autora de obras tan emblemáticas como “Memorias de una ladrona” (Altamarea), “El tren de la última noche” (Galaxia Gutenberg), “Amor robado” (Galaxia Gutenberg); “Voces” (Altamarea), de 1994, una novela traducida a ocho idiomas y todo un hito sobre el maltrato y asesinato de mujeres; “Cuerpo feliz mujeres, revoluciones y un hijo perdido” (Altamarea) o “Trío. Dos amigas, un hombre y la peste en Scicilia” (Altamarea), entre otras muchas obras, consideradas símbolo de la literatura del feminismo italiano y europeo.
Ganadora del prestigioso premio Formentor en 1963, del Capello, en 1990, o del Strega (1999), Maraini ha cruzado la historia europea del pasado siglo. Superviviente de un campo de concentración en Japón cuando tenía siete años, tras el “No” de su familia al régimen japonés, aliado de Mussolini y Hitler, cuando éste exigió a todos los italianos residentes en Japón, como era el caso de su familia, que se adhirieran a la República de Saló, el Gobierno fascista que los alemanes habían instalado en el norte de Italia bajo el mando de Mussolini.
Días terribles en los que estuvo a punto de perder la vida y de los que ya habló algo en “El tren de la última noche”, pero es ahora cuando está procesando todo el material de ese tiempo al abrir la ventana de la memoria. Maraini está trabajando intensamente desde hace dos años en esta nueva novela autobiográfica, como explica en una entrevista con Efeminista, para que la gente sepa que hubo más campos de concentración que los de Polonia o Alemania.
“Pienso que debo dejar testimonio de esa tragedia, de la vida en un campo de concentración día tras día para que no se borre, explica esta escritora para quien el feminismo que conoció en los 70 “ya no existe”.
Pero ahora también Maraini, reconocida feminista, ve cómo las mujeres van conquistando derechos y es testigo de la cuarta ola feminista.
El movimiento feminista está muy fragmentado y hoy cuesta encontrar valores comunes.
Dacia Maraini y el feminismo
P.- ¿Cómo ve en este momento la situación de las mujeres y el feminismo?
R.- Las mujeres están pidiendo muchos derechos de emancipación y eso para algunas personas, para algunas instituciones, no es aceptable y tenemos una nueva forma de misoginia.
El feminismo como ideología ya no existe más. Al principio era totalmente una ideología compartida. Ahora hay una fragmentación de movimientos diversos. En Italia hay tres o cuatro diferentes que se ocupan de conquistar derechos de la mujeres, pero el feminismo que conocimos en los 70 ya no existe. Por ejemplo con la solidaridad, el echarse a la calle todas juntas, el hecho de escribir sobre la historia de la mujeres, eso no existe. El movimiento está muy fragmentado y hoy cuesta encontrar valores comunes.
Eso pasa también porque muchas conquistas ya se han conseguido. Después de los 70, las profesiones que eran mayormente masculinas se abrieron a las mujeres y éstas están presentes en la política, la ciencia, en la medicina, en la filosofía…
Por ejemplo en Italia las leyes han cambiado totalmente, las leyes sobre la familia, sobre la paridad en el trabajo… todo ha cambiado. Somos iguales para la ley, pero como mentalidad sigue habiendo todavía muchas bolsas de misoginia y discriminación. Así la realidad se complica, pero las leyes en Italia y en Europa han cambiado.
Creo que sería necesario una asunción de valores que han sido desarrollados por las mujeres pero por razones históricas.
P.- ¿Qué ayudaría a conseguir la igualdad?
R.- Con la globalización el mundo se ha quedado pequeño. Es decir no podemos desinteresarnos de lo que está pasando en Irán o en Afganistán porque eso está ahí cerca, ya no está lejos, es como si fuese la familia y por lo tanto para nosotras se ha hecho importante pensar en términos universales. Creo que sería necesario una asunción de valores que las mujeres desarrollaron pero por razones históricas. No creo que haya una psicología genéticamente diferente.
Pienso que las mujeres han aprendido, porque han estado obligadas a ello, a sublimar mucho más que los hombres y por tanto han aprendido a gobernar mejor sus propios instintos.
Pienso en el mito de la guerra que es un mito masculino, pero no biológicamente masculino. Es un mito debido al poder masculino. Ha sido el patriarcado el que ha creado el mito de la guerra, no la naturaleza. El niño cuando nace no es guerrero. Por ejemplo, el feminismo ha sido exclusivo, no se quería a los hombres en el movimiento. Mientras que ahora es algo que se hace entre todos, se ha vuelto inclusivo porque es una cosa que nos concierne a todos también a los hombres, que son prisioneros de un rol, de convenciones que condicionan la vida.