Luz y Colores
( A mi amiga Ana )
Te has perdido entre tus lienzos
donde el amor es sagrado
donde colores y alma
se funden en un abrazo.
- Publicado en Poetas
Angela Ghislery, nació en Madrid. Desde muy joven asistió con frecuencia a las sesiones poéticas de Cultura Hispánica, donde tuvo la oportunidad de relacionarse con los grandes poetas de ese momento, como Rafael Montesinos, Claudio Rodríguez, Gloria Fuertes, Rafael Morales y Louis Bourne. Este último fue quien la orientó en su vocación poética.
Por sus dotes de mediumnidad, es autora de los siguientes libros: " Cartas del más Allá" (Editorial EDAF ); " Los angeles te hablan " ( Editorial EDAF ) y " Memorias de una Medium" ( Editorial El Olivo ). Su último libro es un poemario titulado " Alas al Viento" ( Editorial Opera Prima ). Durante más de veinte años ha dado numerosas conferencias por toda España, en Casas de Cultura, Ateneos y Universidades y ha sido entrevistada en radio, prensa y televisión, con temas relacionados con sus tres primeros libros.
( A mi amiga Ana )
Te has perdido entre tus lienzos
donde el amor es sagrado
donde colores y alma
se funden en un abrazo.
Señor, yo te sigo por el camino,
al bajar de la montaña
detrás de tu mirada triste,
en la madrugada blanca.
Un suave beso quedó en el viento,
la niña hermosa
se fue en silencio.
Se me quedó prendido el pensamiento
entre la blanca bruma y el viento,
en la luna y en las rosas,
en el jazmín y en la escarcha,
en la laguna dorada,
y en las noches estrelladas.
Desde mi balcón veo los fulgores del poniente,
hermoso como una doncella, misterioso como la noche.
se va despacio, despacio se va septiembre.
Entre los pinos
la voz de Yogananda canta
y en tus pensamientos,
querido amigo,
nace el alba.
Se fueron las grullas
junto al invierno
Y las nubes negras
ya iban viniendo.
Frente al espejo y el sol, los ojos de mi madre,
su verde intenso,
su risa alegre.
Qué ternura tan suave hay en esta tarde de otoño.
El suelo forrado de un oro de hojas,
y suspiros lejanos que vienen,
a través de los árboles altos que lloran.
La niña tras el visillo
detrás de la mosca va.
Qué alegre ríe la niña
cuando la intenta alcanzar.
A tu eterno sueño también llegó la primavera,
te obsequió con margaritas amarillas y madreselva,
portadoras del alba de lo etéreo.
Dulcemente resplandeces en piedra fría
Entraba el sol de la tarde
a través de los cristales de plata,
y ella en triste silencio
tejía y bordaba cojines de seda
con flores doradas.