HEMEROTECA       EDICIÓN:   ESP   |   AME   |   CAT

Hoy


Desde el viejo sillón, inquieta,

mira imágenes en color

que tornan a blanco y negro.

¡Hija! -grita desolada-

¡Huye! De nuevo cabalgan.

 

No, madre. Esta vez sí gana la palabra.

 

Cae la tarde. Lluvia y frío tras los cristales.

En algún lugar, antes de que el olvido

borre su huella, un cuerpo espera.

Fuego, sangre y tierra.

No borrará su nombre la historia

mientras quede un alma rebelde

alzando su voz entre páramos desiertos.

No tejerá la negra araña redes de miedo y silencio

donde rosas y claveles queden atrapados

ni habrá que rogar a la luna llena

que guarde su luz para otros bienaventurados.

No habrá fusiles matando la esperanza

ni sellando con cenizas tus labios desgastados.

 

No, madre. No.

Hoy ganó la palabra.

Luz Modroño es doctora en psicóloga y profesora de Historia en Secundaria. Pero es, sobre todo, feminista y activista social. Desde la presidencia del Centro Unesco Madrid y antes miembro de diversas organizaciones feministas, de Derechos Humanos y ecologistas (Amigos de la Tierras, Greenpeace) se ha posicionado siempre al lado de los y las que sufren, son perseguidos o víctimas de un mundo tremendamente injusto que no logra universalizar los derechos humanos. Y considera que mientras esto no sea así, no dejarán de ser privilegios. Es ésta una máxima que, tanto desde su actividad profesional como vital, ha marcado su manera de estar en el mundo.

Actualmente en Grecia, recorre los campos de refugiados de este país, llevando ayuda humanitaria y conviviendo con los y las desheredadas de la tierra, con los huidos de la guerra, del hambre o la enfermedad. Con las perseguidas. En definitiva, con las víctimas de esta pequeña parte de la humanidad que conformamos el mundo occidental y que sobrevive a base de machacar al resto. Grecia es hoy un polvorín que puede estallar en cualquier momento. Las tensiones provocadas por la exclusión de los que se comprometió a acoger y las medidas puestas en marcha para ello están incrementando las tensiones derivadas de la ocupación tres o cuatro veces más de unos campos en los que el hacinamiento y todos los problemas derivados de ello están provocando.