"Godland", un retrato cinematográfico de las contradicciones como parte de la vida
- Escrito por Alicia G. Arribas
- Publicado en Cine
Hylnur Pálmason estrena este viernes en España su tercer largometraje "Godland", el épico relato de un joven sacerdote danés que, a finales del siglo XIX, se traslada a Islandia para construir una iglesia; una especie de 'road movie' emocional donde, al final, sale a flote lo peor del ser humano.
En una charla con EFE durante el 70 Festival de Cine de San Sebastián, donde se presentó la cinta, el cineasta islandés explica que suele rodar sus películas según las va escribiendo, un difícil ejercicio que hace que cada imagen que va captando pueda cambiar por completo la idea inicial.
Así, escribe y monta la película en la cabeza antes de saber si tendrá financiación, confiesa; rodar según va terminando escenas "evita preconcebirla, la deja emerger por sí sola", señala el director de "Winter Brothers" (2017) y "Un blanco, blanco día" (2019).
Pero desde que empezó a escribir "Godland" en 2013 -Pálmason dice que siempre realiza sus trabajos de tres en tres- supo que "trabajaría los contrarios: las contradicciones de los dos países donde ocurre, Dinamarca e Islandia, y las de los dos personajes opuestos".
"Godland" es la historia de Lucas (Elliott Crosset Hove), un pastor que también es fotógrafo. Es el siglo XIX, Islandia está bajo el dominio de la corona danesa y a la hostilidad de los paisajes que va atravesando el pastor, cargado con su caballete, su cámara y sus daguerrotipos, se suma la de los habitantes del pueblo islandés que albergará el templo, que además no entienden su lengua.
"Yo mismo vivo entre dos países, crecí en Islandia, estudié en Dinamarca, mis hijos son daneses y volví a vivir a Islandia. Siempre quise trabajar con las contradicciones entre estos dos países que se me hacían más grandes según iba estudiando su historia. Así que, de manera natural, empecé a trabajar con estas contradicciones, los opuestos en la naturaleza, en el clima, en el idioma".
Pálmason basa su película en el choque cultural y lingüístico, mientras muestra cómo una naturaleza agreste y un clima extremo pueden hacer que afloren los instintos más deplorables.
Arropada la historia por unas imágenes bellísimas, incluidos los retratos que va captando el sacerdote, "Godland" muestra cómo Lucas llega en barco al punto más cercano al pueblo donde debe levantar la iglesia.
Le esperan días de travesía a caballo, aunque él no sabe montar, trepar por vertientes congeladas, atravesar ríos de corrientes peligrosas y dormir a la intemperie, un día tras otro. Para cuando logran llegar, el pastor está agotado y su intérprete se ha ahogado en uno de esos trances.
"En ese momento, él pierde su voz. Siempre me ha preocupado ir a un lugar y no poder comunicarte. Porque, cómo muestras tu verdadera personalidad si no puedes ni ser gracioso, ni mostrar tu atractivo o ser un líder, por ejemplo, que es para lo que ha nacido este pastor", se pregunta.
"La falta de comunicación es fuente de malentendidos y empiezan a aparecer las mentiras", considera.
En la primera parte de la película, de dos horas y media de duración, no aparece una sola mujer; Pálmason representa en el personaje de la pequeña Ida (interpretada por su hija Ída Mekkín Hlynsdóttir) "el puente entre ambos países, ella que es medio danesa, medio islandesa".
"Cuando vives en un país que no es el tuyo puedes quedarte con lo mejor de los dos, eso sería lo contrario a la ignorancia. Creo que a todo el mundo le vendría muy bien vivir en otra cultura distinta a la suya y aprender otra, cualquiera. El mundo sería mucho mejor si todos hiciéramos eso", concluye.
Esta película, y el corto "Nest", que Palmason llevó también al último festival de San Sebastián, ganaron conjuntamente el premio Zabaltegi-Tabakalera.