La salud mental es un componente esencial del bienestar humano y un pilar fundamental para el desarrollo sostenible. Sin embargo, en la Región de las Américas, las necesidades de salud mental insatisfechas están desencadenando una preocupante crisis de morbilidad y mortalidad, con graves consecuencias sociales, económicas y para la salud. La pandemia de COVID-19 ha arrojado una luz cruda sobre esta problemática, intensificando una crisis preexistente que exige una acción inmediata y coordinada en todos los niveles de gobierno y en cada sector de la sociedad. España y la ONU tienen su aportación. https://saludmentalods.org/
En un informe histórico presentado por la Comisión de Alto Nivel de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre Salud Mental y COVID-19, se ha trazado un vívido panorama de la situación de la salud mental en las Américas. Los hallazgos son alarmantes: una carga cada vez más pesada de trastornos mentales no atendidos, con un impacto devastador en la calidad de vida de las personas y en la productividad económica de la región. Esta crisis afecta a individuos, familias y comunidades, y socava el tejido mismo de nuestras sociedades.
El informe destaca una serie de recomendaciones cruciales y acciones clave que deben emprenderse para abordar esta crisis en expansión:
- Inversión en Salud Mental: Los gobiernos deben aumentar la inversión en salud mental y garantizar que los recursos estén disponibles para la atención y el tratamiento de trastornos mentales.
- Acceso Equitativo: Se debe garantizar un acceso equitativo a los servicios de salud mental para todos los ciudadanos, independientemente de su origen étnico, género, orientación sexual o nivel socioeconómico.
- Promoción y Prevención: Es esencial fomentar la promoción de la salud mental y la prevención de trastornos a través de campañas educativas y programas comunitarios.
- Enfoque de Derechos Humanos: Los enfoques de salud mental deben basarse en los derechos humanos, respetando la dignidad y autonomía de las personas con trastornos mentales.
- Formación y Capacitación: Los profesionales de la salud deben recibir capacitación adecuada en salud mental y estar preparados para abordar los desafíos actuales.
- Colaboración Intersectorial: Se requiere una colaboración estrecha entre los sectores de salud, educación, trabajo y justicia para abordar integralmente la salud mental.
Estas recomendaciones surgen de una comprensión profunda de la magnitud del problema y del compromiso de mejorar la salud mental en la Región de las Américas. El informe también destaca la necesidad de una mayor concienciación y de una colaboración activa entre expertos en salud mental, profesionales de la salud y la sociedad en general.
En cuanto a los autores que han escrito sobre este tema, algunos de ellos incluyen a Robert Kohn, Ali Ahsan Ali, Victor Puac-Polanco, Chantal Figueroa, Victor López-Soto, Kristen Morgan, Sandra Saldivia y Benjamín Vicente. Estos autores han contribuido al número especial de la Revista Panamericana de Salud Pública enfocado en la salud mental en la Región de las Américas. Otras publicaciones de autores destacados complementan este aviso urgente.
Autores de los dos lados del Atlántico1 como vemos, ofrecen perspectivas valiosas sobre la resiliencia, los desafíos en la atención psiquiátrica, el impacto económico y la experiencia personal en la lucha contra la estigmatización2. Sus voces y experiencias enriquecen la conversación sobre la salud mental y subrayan la importancia de abordar esta crisis de manera integral. Elsevier publica la Revista de Psiquiatría y Salud Mental, que contiene artículos sobre salud mental y psiquiatría en América Latina y el Caribe, para revisar siempre3.
La crisis de salud mental en la Región de las Américas no es solo un problema que debemos abordar; es un grito de alarma ensordecedor que nos exige actuar con urgencia y determinación. La pandemia de COVID-19 ha arrojado luz sobre una herida profunda en nuestras sociedades, una herida que se ha expandido y profundizado con el tiempo, afectando a personas de todos los ámbitos de la vida.
La salud mental no es un lujo, ni un capricho, ni una opción. Es un derecho humano fundamental que debe ser respetado, protegido y promovido. En este momento crítico de la historia, tenemos una elección que hacer: ¿ignoramos el sufrimiento y las vidas perdidas, o actuamos con valentía para reconstruir nuestros sistemas de salud mental y mejorar la vida de millones?
La reconstrucción de nuestra región no puede ser completa sin una atención seria y sostenida a la salud mental. Las recomendaciones y acciones propuestas por la Comisión de Alto Nivel de la OPS sobre Salud Mental y COVID-19 son un camino claro hacia un futuro más saludable y resiliente. Pero esta senda requiere de nuestro compromiso colectivo y nuestra acción decidida.
La advertencia es clara: no podemos esperar más. La salud mental es el cimiento sobre el cual construimos nuestras vidas y nuestras comunidades. Es la brújula que guía nuestro bienestar y prosperidad. La crisis actual es un llamado de atención, un llamado para sanar no solo nuestros cuerpos, sino también nuestras mentes y nuestras almas.
La pregunta que enfrentamos no es si podemos permitirnos abordar la crisis de salud mental en las Américas. La pregunta es si podemos permitirnos no hacerlo. El costo humano, social y económico de la inacción es simplemente inaceptable. Es hora de reconstruir y mejorar, no solo para el presente, sino para un futuro donde la salud mental sea una realidad accesible y equitativa para todos. La elección es nuestra, y el tiempo para actuar es ahora.
1https://www.paho.org/journal/es/numeros-especiales/salud-mental
2En España https://www.redalyc.org/journal/280/28065077005/html/ o https://www3.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/content/d7a0d910-4973-11e9-910b-f705e6f363c5/PSMC_completo.pdf
3https://mhanational.org/research-reports/state-mental-health-america-2023