En memoria a un ex-combatiente que luchó por defender la República Española
(Berchulero dícese del que nació, es oriundo o se siente de allí, de Bérchules en la Alpujarra granadina, Andalucía)
El caracol se me escurre entre los dientes, lo saco de la boca, lo sostengo entre el pulgar y el índice e intento succionar el molusco con los labios y la lengua, pero es imposible; con impaciencia me lo vuelvo a introducir en la boca, a ver si sale solo, pero empieza a echar baba y el tacto viscoso hace que se resbale. Me produce una arcada y lo escupo. Tengo que reconocer, que lo único que no he sido capaz de comerme del campo han sido los caracoles, lo demás, todas las hierbas, lombrices, todo, puede comerse en una situación de vida o muerte.