El carlismo tras su segunda derrota bélica (1840-1861)
Carlos VI, el segundo pretendiente carlista, no pudo reunirse con sus defensores durante la Segunda Guerra Carlista (1846-1849), siendo detenido por las autoridades francesas en la frontera de los Pirineos. Tras su vuelta a Gran Bretaña, tuvo una aventura amorosa y romántica, propia de la época, con una joven inglesa, Adeline Horsey. Los rumores de su posible matrimonio morganático y el descuido en sus tareas políticas provocaron más de una preocupación a sus más cercanos amigos y familiares. El conde de Montemolín -título con que fue conocido-, llevado por su pasión amorosa, decidió abdicar sus derechos en su hermano el infante don Juan, el cual se había casado en 1847 con la archiduquesa María Beatriz de Austria-Este. Con ella había tenido dos hijos, Carlos y Alfonso, que aseguraron la sucesión dinástica. Ante el escándalo de los consejeros del Pretendiente, don Juan decidió no aceptar la renuncia de su hermanok y esperar unos días. Tuvo intuición pues, o bien por rechazo de la joven dama o bien por realismo político, al cabo de unas semanas, Montemolín se olvidó de su abdicación y abandonó Inglaterra.
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