“Dystopia”, “humor sano” en el teatro para remarcar la dependencia digital

Poyo Rojo lleva a las Naves del Español en Matadero del 24 de junio al 10 de julio un espectáculo de teatro-danza sobre la hipocresía y la incoherencia entre lo que se critica y lo que luego realmente se hace. La pieza expone cómo todo el mundo odia el dinero, pero nadie lo regala.

Todos aborrecen la religión, pero abrazan sus propios dogmas. Un espectáculo que nació en el confinamiento cimentado sobre el lenguaje corporal para que todo el mundo lo entienda y para ello mezclan circo, danza y teatro.

"Trabajamos con humor, un humor sano e intelectual para reírnos de nosotros mismos", señala Alfonso Barón este miércoles durante la presentación al explicar que se trata de una obra creada a partir de horas de viaje, esperas en aeropuertos y estancias en hoteles, en el que también hay espacio para la provocación.

Enmarcan lo que hacen dentro del "teatro físico" en el que apenas utilizan la palabra, aunque sí pantallas, cámaras y croma para demostrar que la realidad puede superar a la ficción y dar así una "visión panorámica de lo que sucede en la sociedad".

"Se trata de un proyecto ambicioso en que la tecnología se añade a la vida", un proceso en el han ido aprendido qué necesitaban, donde "el caos forma parte de todo porque si no hay caos no hay teatro", apunta Luciano Rosso.

Un "teatro político" -dicen- en el que exponen situaciones donde el humor es la clave, con el que "nos reímos de nosotros mismos".

En "Dystopia" caricaturizan las situaciones cotidianas de la vida a partir de una estructuras en las que siempre hay margen para la improvisación.

La compañía nació en 2008 a partir de la creación casual de un número de varietés que se realizó en el Centro Cultural Laboratorio, en Buenos Aires.

Sus creadores iniciales, Luciano Rosso y Nicolás Poggi, crearon un dúo con pequeños matices cómicos para contar utilizando elementos de la danza y también del teatro.

A partir de ahí comienzan gira por España, regresan a Argentina hasta que en 2015 giran por Uruguay, Bolivia, Francia, Italia, Suiza y Alemania, hasta afincarse en Francia.