Los diseños más surrealistas llegan al Gaiás con Man Ray, Dalí o Le Corbusier
- Escrito por José Carlos Rodríguez
- Publicado en Cultura
Tras presentarse de manera oficial en 1924, el surrealismo se convirtió en la vanguardia artística más influyente del siglo XX. Sin embargo, el impacto que tuvo sobre el diseño es menos conocido, una relación que la exposición “Objetos de deseo” explora en el Museo Gaiás de Santiago a partir de las obras de Man Ray, Salvador Dalí o Giorgio de Chirico.
El surrealismo animó a diseñadores y a diseñadoras a cuestionar la realidad que se esconde detrás de lo visible, a diseñar objetos que rompen con la rutina y escapan de lo cotidiano. Su influencia se extendió por todos los ámbitos del diseño del último siglo: desde el mobiliario y el diseño de interiores hasta el diseño gráfico, la moda, el cine o la fotografía.
En colaboración con la Fundación La Caixa y el Vitra Design Museum de Alemania -uno de los museos más importantes del mundo en ese campo- "Objetos de deseo.
Surrealismo y diseño 1924-2020" reúne una selección de 280 piezas de artistas como Le Corbusier, Antoni Gaudí, Man Ray, Salvador Dalí, Giorgio de Chirico o Meret Oppenheim, así como piezas de diseño de artistas contemporáneos como Gae Aulenti, Ingo Maurer o Gaetano Pesce.
Comisariada por el director del Vitra, Mateo Kries, la mayoría de las piezas de la muestra proceden del museo alemán, aunque también cuenta con obras de la Fundación Le Corbusier de París; la Fundación Giorgio e Isa de Chirico, en Roma; el Design Museum Den Bosch, en Holanda; el Museo de Arte de San Diego, en Estados Unidos; o el Dean College, en Reino Unido; entre otras instituciones.
“En esta exposición no solamente tenemos objetos surrealistas, sino que podemos ver cómo se ha ido desarrollando el surrealismo a lo largo de los años y cómo ha ido generando una manera de trabajar específica que hoy en día está prácticamente implementada en todas las actividades creativas”, asegura Miguel Ángel Cajigal, historiador de arte, profesor y divulgador cultural, más conocido como “El Barroquista”.
Según cuenta, la muestra, que podrá verse a partir de mañana en el Museo Gaiás de la Ciudad de la Cultura, es una “gran oportunidad” para comprobar a través de diferentes objetos que el surrealismo “no es solo un movimiento estético”, sino “una manera de pensar”.
“Objetos de deseo” está dividida en cuatro espacios con diferentes ámbitos temáticos: “Sueños de modernidad, centrado en explorar los orígenes del surrealismo y su influencia temprana en el diseño de interiores, el cine o la moda; “Imagen y arquetipo”, que se adentra en el componente absurdo, confuso y azaroso de las obras surrealistas; “Surrealismo y erotismo”, que recorre el papel de erotismo, la sexualidad y la reversión de los roles de género; y "Pensamiento salvaje", que reconstruye los elementos de inspiración del surrealismo y de la creatividad actual.
Una de las piezas más destacadas de la exposición a nivel conceptual es “El regalo”, de Man Ray, una plancha de hierro antigua con clavos que evidencia el componente surrealista de revertir los objetos de útiles a inútiles.
También hay obras destacadas de Le Corbusier, máximo exponente de la arquitectura racionalista: "Muchos de los artistas surrealistas eran también amantes del diseño racionalista.Esta exposición sirve también para desmontar el mito de que racionalismo y surrealismo son contrarios", señala Cajigal.
Diseños surrealistas de Salvador Dalí para Disney o para la película de Hitchcook, “Recuerda”, o la famosísima "El perro andaluz" de Buñuel muestran también la relación del surrealismo con el séptimo arte, además de con el mobiliario, con obras de Isamu Noguchi, Ray Eames y su famosa silla tubular o Alvar Aalto.
Un sillón de bicicleta que se transforma en un taburete, moldes para hacer bizcochos que se convierte en sombreros, un caballo de tamaño natural convertido en una lámpara o la famosa pipa de Magritte, transformada en un mueble bar, son ejemplos de las "disparatadas" piezas que pueden verse en la exposición.
Otro de los grandes tesoros de la exposición es un óleo de Giorgio de Chirico, un autor difícil de ver fuera de Italia y que influyó notablemente en el arte del siglo XX, especialmente en la manera de pintar de Dalí y en el cine moderno.
El cuerpo femenino también fue una gran inspiración para los surrealistas, el uso del cuerpo de la mujer "como objeto", como demuestran el famoso "violín de Ingres", fotografía de Man Ray, o la reproducción de "La cara de Mae West" realizada a partir de objetos por Salvador Dalí.
Sin embargo, la exposición también muestra las fotografías de grandes artistas femeninas de vanguardia como Lee Miller, Dora Maar o Claude Cahum, una fotógrafa que en los años 20 subvertía los roles de género y se fotografiaba a sí misma como hombre.
"La diversidad sexual ya era una cuestión que estaba muy presente en el arte surrealista", explica Cajigal, que pone también como ejemplo al alter ego femenino de Marcel Duchamp, Rose Sélavy.
Otras artistas como Ruth Francken reivindican además que no se "objetualice" solo el cuerpo de la mujer sino también el del hombre, con un cuerpo masculino que sirve exclusivamente para sentarse encima de él.
La famosa silla 'thonet', la más importante de la historia del diseño y objetos pequeños pero revolucionarios como los guantes con venas o el anillo con un terrón de azúcar de Meret Oppenheim, completan la exposición y recuerdan que los surrealistas "no sólo concebían el arte para exponer en galerías, sino que también lo llevaban a objetos tremendamente cotidianos".
"Buscaban transformar los objetos en otra cosa, a partir de los sueños", afirma Cajigal, que advierte que muchos de los procesos actuales por los que se estampa mobiliario en tres dimensiones tienen mucho que ver con el surrealismo.
"Las impresoras 3D serían hoy en día la fantasía de cualquier surrealista de los años 20 o 30. Si pudieran vivir para verlo", concluye Cajigal.